En más de una ocasión, el
guionista y editor Roy Thomas dijo y sostuvo que, más allá del periodo
histórico consensuado como Edad de Oro de la historieta norteamericana, la
verdadera Edad de Oro del cómic es aquella que engloba a los años infantiles de
cada lector. Desde ese punto de vista, es la lectura de aquellas historietas
que nos hayan enseñado el manejo de las herramientas lingüísticas y narrativas del
medio, contribuyendo en el camino a formar nuestro gusto y establecer un tipo
de canon personal e intransferible, la que terminará definiendo la única Edad
de Oro realmente valedera, la de nuestra entrada a la Aventura, la del
descubrimiento de los mundos que llevamos dentro gracias a la interacción con
los mundos que se nos abren desde las páginas impresas.
Página de Randall el justiciero
(Oesterheld - Del Castillo), publicada en 1960 en el Hora Cero Extra
Sobre este eje, a caballo entre
lo académico y lo personal, entre la Edad de Oro y nuestra Edad de Oro,
construye su identidad específica esta entrega especial de Fierro, autoasumida
como Clásica. Entendiendo como clásica a la Edad de Oro de la historieta
argentina, aquella que hacedores e investigadores delimitaron alrededor del
proyecto oesterheldiano de Editorial Frontera; a la Edad de Oro de la mayoría
de los autores no protagonistas de aquella Edad de Oro, que sí la vivieron como
lectores y después la recrearon como autores; y a la Edad de Oro de la mayoría
de los lectores que hoy ronden los cincuenta años, que accedieron a la Edad de
Oro oesterheldiana durante su propia Edad de Oro, a través de las revistas y
autores que recuperaron el espíritu de Hora Cero y Frontera y también
gran parte de su material original.
Secuencia de Corto Maltés, breve
unitario entre el homenaje y la sátira que Carlos Trillo y Félix Saborido
dieron a conocer en la Argentina durante los ’90, en Puertitas
Lejos de esta Fierro Nº 75 está,
hay que aclararlo, el valor meramente nostálgico de sus contenidos. Es cierto
que el envoltorio juega sensorialmente con la recuperación de aquellos
veteranos estándares reconocibles emocionalmente por quienes los vivieron de
primera mano, pero la experiencia del tránsito intelectual de su oferta deja
claro (muy claro) que la continua modernidad sigue siendo uno de los
principales valores (si no el más importante) que puedan ofrecernos los
clásicos. Las buenas historietas, como las buenas novelas, el buen cine y, en
general, las obras de arte que tienen algo que decir sobre la naturaleza
humana, siguen manteniendo intactos sus niveles cualitativos, sin importar las
formas narrativas (más o menos superadas por el paso del tiempo y el accionar
humano sobre ellas) que hayan elegido.
Página de Último tango en Buenos
Aires, episodio de Sasturain y Alberto Breccia para el libro Abran Puertas:
Crónicas de la Pampa vasca, publicado en 1990 por la editorial vasca Ikusager
dentro de su colección Imágenes de la Historia
Apoyándose principalmente en
material ya publicado y con cierto nivel de dificultad para su acceso actual,
la portada de esta Fierro coquetea con referencias gráficas a las revistas de
Editorial Columba (El Tony, D’artagnan, Fantasía, Intervalo), pero su interior
está anclado ideológica y conceptualmente en la tradición instalada por Héctor
Germán Oesterheld en sus creaciones para la Editorial Frontera. De hecho, tres
de las historietas que más espacio ocupan (un episodio de Randall el
justiciero, uno de Ernie Pike y un unitario bélico) son reediciones de
historietas aparecidas en la considerada “Edad de Oro” del Hora Cero Extra. El
resto de los trabajos, incluyendo el único “estreno” del número (el episodio de
El Condenado de Saccomanno-Mandrafina) bien podrían haber formado parte de
cualquier Hora Cero y Frontera, de los primeros cincuenta números de Skorpio y de la Fierro clásica. Que no son otra cosa que la Edad de
Oro de la historieta argentina, La Edad de Oro de los autores no protagonistas
de aquella Edad de Oro; y la Edad de Oro de los lectores que hoy rondan los
cincuenta años.
Dibujo de Hugo Pratt (autorretrato incluido) para Traición, cuento policial de Aljean Meltsir, publicado en Vea y
Lea el 28 de marzo de 1961
De todas formas, el plato fuerte
de esta entrega particular, la columna vertebral, el tronco madre desde donde
se desprenden las distintas ramas, es el suplemento con la recuperación de un
material tan desconocido como valioso de Hugo Pratt, gracias a la laboriosa
búsqueda de Gustavo Ferrari, Guillermo Parker y Aldo Pravia. Ni más ni menos
que las doce ilustraciones (casi todas a doble página) que el tano de oro
realizara para el semanario de interés general Vea y Lea durante 1961. Doce
ilustraciones con inquietudes pictóricas en el manejo multitécnico de la
acuarela que Pratt dominaba como pocos. Doce ilustraciones que acompañaron (y
vistieron con nervio y elegancia) sendos relatos policiales de Rodolfo Walsh y
Guy de Maupassant, al frente de otros escritores menos trascendentes y
fundamentales. Doce ilustraciones que pueden (¿deben?) ser leídas y vistas como
parte del momento bisagra entre el Pratt que trabajó para la Edad de Oro de la
Argentina y el Pratt que arrancará con su Corto Maltés una nueva Edad de Oro
para la historieta adulta europea. Doce ilustraciones que (también hay que decirlo)
nada tienen del “inédito” con que se las vende desde la portada y las
promociones gráficas. Ni siquiera son inéditas en la Argentina, ya que fueron
realizadas en y para nuestro país. Sí son inhallables. Sí son de un
indiscutible valor histórico. Y su recupero marca un mojón que, por
sí solo, justifica la existencia de esta Fierro Clásica. No es necesario llamar
a las cosas por otro nombre cuando la calidad intrínseca que portan alcanza y
sobra para denominarlas como lo que realmente son: Un número para leer, guardar
y volver a leer. Hoy, mañana y siempre.
Fernando Ariel García
Fierro Nº 75. Autores: Alberto Breccia, Fernando Calvi, Arturo Del Castillo, Gustavo Ferrari, Pedro Lipcovich, Domingo Mandrafina, Jorge Moliterni, Jorge Mora, Héctor Germán Oesterheld, Guillermo Parker, Palomo, Esteban Podetti, Hugo Pratt, Aldo Pravia, Félix Saborido, Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain, Francisco Solano López, Carlos Trillo y Laura Vazquez. Portada: Félix Saborido y Diego Parés. Director: Juan Sasturain. 72 páginas en blanco y negro y a color. ISSN: 1514-6855. Argentina, enero de 2013.
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