Ignatius tenía razón Nº 4. Llanto de Mudo. “El amanecer del último día hace que todos pensemos que el futuro es radiante! Vacíen sus vasos, tomen hasta la última pastilla, fúmense hasta el último de sus libros! Nada mejor que el Apocalipsis para cerrar una buena fiesta! Por eso, a los optimistas de siempre les decimos: La cultura occidental está acabada! Ahora sólo nos queda jugar con su cadáver y cometer necrofilia. Dibujar en las paredes de los hospitales! Escribir en los asientos de los colectivos! Actuar en los actos de primaria! Editar revistas de historieta! Con simpáticas obras de: Renzo Podestá, Sanchez Brondo, Leo Sandler, D. Cortés, Agite, M. Vergara, A. Sberna, Mr. Mendez, Más, Lara Garbero, Ricardo De Lucca y muchos otros enfermitos de todas las edades y pilosidades”.
Nekrodamus Nº 3 (de 4). Thalos. “Tercer número de esta recopilación de historias del personaje creado por Héctor Germán Oesterheld y Horacio Lalia, con guión de Walter Slavich, publicados en la revista Skorpio a finales de los ‘80”.
Rep para todos. Capital Intelectual. “Las colecciones de libros breves como Claves para todos -escribió José Nun en el prólogo- no suelen llevar ilustraciones en sus tapas. Basten como ejemplos la mayoría de las que publicó nuestro siempre recordado Boris Spivacov o los Que sais-je? de Presses Universitaires de France (P.U.F.) ¿Un problema de costos? Seguramente sí, en parte. Pero la causa principal es que resulta muy difícil encontrar artistas que, como Miguel Rep, reúnan tres condiciones indispensables para la tarea: Una, un talento creativo sorprendente, que atraiga la atención del público; otra, una aguda capacidad de síntesis, y la tercera, una inagotable curiosidad intelectual que le permita sumergirse con rapidez en textos de historia, de economía, de política, de literatura o de educación para atrapar su sentido. (Y esto último a razón de dos volúmenes por mes.) Alguien dijo que hay artistas que transforman al sol en una mancha amarilla, pero existen otros que, gracias a su genio y a su inteligencia, logran que una mancha amarilla se convierta en el sol. No tengo dudas de que Miguel se cuenta entre los segundos”.
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