martes, 8 de octubre de 2019

¿DÓNDE ESTÁS, BERNADETTE?: A VECES, ES MEJOR NO BUSCAR

¿Dónde estás, Bernadette? Director: Richard Linklater. Protagonistas: Cate Blanchett, Billy Crudup, Emma Nelson, Kristen Wiig, James Urbaniak, Judy Greer, Troian Bellisario, Zoë Chao y Laurence Fishburne, entre otros. Guión: Michael H. Weber, Scott Neustadter, Holly Gent Palmo, Vincent Palmo Jr. y Richard Linklater, basado en el libro homónimo de Maria Semple. Annapurna Pictures / Color Force. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 10 de octubre de 2019. 

Un director con todos los pergaminos posibles: Richard Linklater, el de Boyhood y la trilogía Antes del amanecer / atardecer / de la medianoche. Una novela epistolar que estuvo un año en la lista de los libros más vendidos del New York Times. Un elenco afiatadísimo, encabezado (nada más y nada menos) que por Cate Blanchett. Una producción de la soberana hostia. Y aun así, con todo esto a favor, ¿Dónde estás, Bernadette? (Where'd You Go, Bernadette) se me hizo una película desconectada de lo verosímil, un artificio narrativo aparatoso, pasado de rosca y sumamente pretencioso. Vano, pueril y, finalmente, hueco. 


Estamos en Seattle. La Bernadette del título ha sido una arquitecta talentosa y esmerada, la más brillante de su generación, destinada a marcar un antes y un después en su área de incumbencia. Pero ya no. Cuando arranca la peli es una mujer atravesada por los miedos, ahogada por cuanto tipo de neurosis ande dando vueltas por ahí. Está casada con un hombre que la corresponde en su amor, uno de esos capos de Microsoft que están revolucionando la forma de conectarse entre las personas. Y juntos, tienen una hija que, como regalo por su ingreso a la universidad, pide un viaje familiar a la Antártida. 


Lo que sigue es una insostenible acumulación de excesos que cometen el pecado de la literalidad, cerrando los vasos comunicantes que tendían a la sátira, la crítica social y el misterio policial que promete desde el afiche. Está claro, de entrada, la tesis que propone el film: Un artista que no satisface sus impulsos creativos, se enferma. Un artista que sí lo hace, más allá de la respuesta que obtenga su arte, mantiene el equilibrio emocional consigo mismo y su entorno inmediato y mediato. 


Me parece que el propio Linklater debería prestar más atención a lo que pregona. Una cosa es la creación y otra el capricho faraónico, desmesurado. ¿Dónde estás, Bernadette? tiene más de lo segundo que de lo primero. Una lástima.
Fernando Ariel García

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