A esta altura
de los acontecimientos, más que de un recurso narrativo se trata de un género
en sí mismo. El “falso documental” (que de ello estamos hablando) se nos
aparece como si fuera una grabación de la vida real, cuando en realidad es una
obra íntegramente de ficción. Al principio, este tipo de realizaciones jugaba
con la sensación de duda que podía generar entre los espectadores, pero hoy en
día ya todos la aceptan como otra convención preestablecida del discurso
cinematográfico. Qué se haga con ella es lo interesante. Cómo se articulen los
contenidos dentro de esta estructura formal es lo que permitirá marcar la
diferencia entre una película entretenida y otra aburrida (por no decir una
buena y otra mala, que suena demasiado absoluto).
Andrea Jen
Pablo Marcos
Desde su aparición a fines de 2007, la cinta española de terror [•REC], de Jaume Balagueró y Paco Plaza, se ha transformado en un éxito rotundo e internacional, tanto a nivel de crítica como de público, habiendo estrenado este año su segunda secuela. No he visto ninguna de las tres películas, así que poco puedo argumentar sobre ellas. Pero los que saben (y que sí las han visto) dicen que gran parte del encanto de la saga reside en sus raíces universales abordadas desde la tradicional óptica española del género, su ambientación barcelonesa y, por supuesto, el inteligente contrapunto que desarrolla entre la fe y la ciencia, explorando los límites éticos que vulneran (a dúo) la Iglesia Católica y la industria farmacológica; y la manipulación intencionada de los hechos y del relato de los hechos.
Feliciano Zecchin
Miguel Ángel Martín
[•REC] trabaja la idea del terror en espacios cerrados, partiendo de la
idea de una cuarentena de origen demoníaco, siguiendo dos líneas narrativas
interconectadas. Por un lado, la epidemia de un virus desconocido, generado en
laboratorios por expreso pedido de la Iglesia Católica, que buscaba una cura
para las posesiones demoníacas. Y por otro, la historia personal de la niña
portuguesa Tristana Medeiros, conejillo de indias a la hora de probar el efecto
de la droga en cuerpos poseídos (o supuestamente poseídos). La versión en
historietas de [•REC], concebida para coincidir con el estreno cinematográfico
de la tercera entrega de la saga, aborda una serie de ideas descartadas de la
trilogía, en cinco cómics autoconclusivos (y una larga serie de ilustraciones
alegóricas) que llenan algunos de los baches que los fanáticos encontrarán
esclarecedores.
Álvaro Ruilova
Carla Berrocal
Pero lo mejor de [•REC], el cómic, es que también funciona para los recién llegados (a la saga, que no al género). Inscriptos de lleno en la tradición antológica de los Cuentos de la Cripta o los relatos de Creepy, los guiones de Hernán Migoya explotan la figura de Tristana en el doble rol de protagonista y anfitriona, explorando sabiamente la lógica de transmisión del terror en escenarios claustrofóbicos, física y emocionalmente. Con la presencia tangible del MAL como mediador permanente, Migoya filetea pequeñas historias cotidianas infectadas por el virus de la locura, la crueldad y una evidente sed de venganza. Y lo hace de manera irreverente, apelando al humor (cuando hace falta), a la truculencia (cuando es necesario) y a los datos de la realidad que aporten al contexto: Los curas pederastas, los mitos urbanos sobre Copito de Nieve (el único gorila álbino del mundo, fallecido en 2003 en el zoológico de Barcelona) y la sempiterna crisis económico-financiera que desangra España.
Salvador Sanz
Angel
Cómic orgulloso de su naturaleza industrial, [•REC] se (nos) da el lujo de contar con el talento gráfico de un verdadero dream team internacional: La asiático-argentina Andrea Jen, los argentinos Feliciano García Zecchin y Salvador Sanz, el colombiano Álvaro Ruilova y el español Joan Marín, poseedores de estilos propios, personales e intransferibles, de una fuertísima identidad narrativa que abreva en el cine sin resignar las características intransferibles de la historieta. Migoya lo sabe; y por ello (como todo gran guionista) les escribe relatos para sus exclusivos lucimientos, instándolos a desarrollar sus mejores cualidades, pariendo hipnóticas páginas de puro deleite visual.
Joan Marín
Rafa Fonteriz
Fiel a su naturaleza virósica, [•REC] carga en su ADN la información hereditaria aportada por el terror historietístico clásico, material genético que aquí aparece recubierto por la capa proteica evolutiva de la diversidad de estilos. Potencialmente mortal, no se conocen antivirales que impidan su propagación.
Por suerte.
[•REC] Argumento: Paco Plaza y Jaume
Balagueró. Guiones: Hernán Migoya. Dibujos: Andrea Jen, Salvador Sanz,
Feliciano García Zecchin, Álvaro Ruilova y Joan Marín. Ilustradores: Alejandro
Colucci, Gabriel Wque, Carlos Gambarte, Rubén Rojas, Pablo Marcos, Diego
Olmeos, Sagar Forniés, Studio Kôsen, Miguel Ángel Martín, Jordi Pastor, Carla
Berrocal, Pier Brito, Rafael Fonteriz, Angel, Pedro Espinosa, Natacha Bustos,
Rubén Sáez y Luis Nct. Portada: Alejandro Colucci. Editor: Hernán Migoya. 94
páginas a color y en blanco y negro. Ediciones de Tebeos. ISBN:
978-84-9947-422-9. España, marzo de 2012.
Se nota, y mucho, que no sabes nada de REC.
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