viernes, 1 de abril de 2022

RED: ES UN PANDA GRANDE Y PISA FUERTE

Red. Directora: Domee Shi. Voces (inglés): Rosalie Chiang, Sandra Oh, Ava Morse, Maitreyi Ramakrishnan, Hyein Park, Orion Lee, Wai Ching Ho, Tristan Allerick Chen, Lori Tan Chinn, Mia Tagano, Sherry Cola y Lillian Lim, entre otros. Voces (castellano latino): Estefanía Piedra, Itatí Cantoral, Regina Tiscareño, Alicia Vélez, Zoé Ivanna Mora, Mauricio Pérez Castillo, Magda Giner, Oliver Díaz Barba, Olga Hnidey, Liliana Barba Meinecke, María Eugenia Guzmán y Yolanda Vidal, entre otros. Guionistas: Domee Shi, Julia Cho, Sarah Streicher. Canciones: U Know What's Up, 1 True Love y Nobody Like U, compuestas por Billie Eilish y Finneas O'Connell, e interpretadas por la banda ficticia 4*Town (voces en inglés de Jordan Fisher, Finneas O’Connell, Topher Ngo, Grayson Villanueva y Josh Levi; voces en castellano latino de Miguel Ángel Ruiz, Eduardo Gutiérrez, Sergio Maya, José Luis Piedra y Álvaro Salarich). Walt Disney Pictures / Pixar Animation Studios. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Disney+ desde el 11 de marzo de 2022.


Tres al hilo. Primero, Soul. Después, Luca. Y ahora, Red (Turning Red). Tres pelis de Pixar, pensadas para el cine, que desembarcan directamente en la plataforma Disney+. Esperemos que tenga que ver con cuestiones logísticas derivadas de la pandemia y no con algún tipo de bombeo interno. Porque si bien ninguna de las tres estuvo a la altura de lo que uno (lo digo por mí) espera de una obra de Pixar, lo cierto es que todas tienen más de un par de aciertos que merecen la pantalla grande.


La que nos ocupa hoy es una clásica metáfora del paso de la niñez a la pubertad. Una instancia traumática para todos y todas, pero que en las niñas tiene un plus muy especial, que viene dado por la primera menstruación. Lo sé por experiencia paterna. Se trata de un mojón existencial que desata una revolución hormonal incontrolable; y que hace del inmanejable manojo de emociones una de las montañas rusas más veloces y ásperas del parque de diversiones que viene a ser la vida cotidiana.


La niña en cuestión se llama Mei. Tiene 13 años y está empezando a separarse del influjo familiar, definiendo lo que va a ser su carácter. Como todas las chicas de su edad, se siente incomprendida e insatisfecha. Está disconforme con su cuerpo, insegura con sus sentimientos, piensa que no calza en ningún lado y, por eso mismo, se muestra desesperada por pertenecer. Sólo está (realmente) bien y cómoda entre su férreo grupo de amigas, con quienes comparte gustos, experiencias, miedos y ansiedades. Pero Mei, a diferencia del resto de sus compañeras, empieza a transformarse en un panda rojo gigantesco cada vez que se sobreexcita o queda dominada por cualquier emoción extrema. Algo que, para nuestra suerte, le pasa cada diez minutos.


Fusionando la dinámica del dibujo animado occidental con la estética exagerada del animé, la primera película de Pixar realizada por un equipo creativo y técnico prácticamente femenino, se agarra del humor físico y cierta ironía surrealista para explorar la incerteza universal de la adolescencia. Ambientando la trama en la Toronto de los años 2000, sin internet ni redes sociales a la mano, pero con el Tamagotchi a full y las bandas rockeras adolescentes (Backstreet Boys, NSYNC) formateando el universo simbólico de las párvulas criaturitas. Un escenario musical que Red reconstruye con devoción y respeto, gracias a las canciones que Billie Eilish y Finneas O'Connell ponen en boca del imaginario quinteto 4*Town.


Por lo que se sabe, Red tiene mucho de autobiográfico. Como Mei, Domee Shi (principal guionista y directora del film) nació en China y a los dos años se mudó a Canadá. Hija única con un padre que pasaba mucho tiempo fuera de su casa por cuestiones laborales, creció muy unida a su familia y desarrollando una relación muy especial con su madre, bastante protectora y algo autoritaria. Lo mismo que Ming, la mamá de Mei.


Y es que ahí está el centro neurálgico del film. Hasta en el desmadrado final típico de una película kaiju, la naturaleza de esa relación tan universal y tan única que se gesta entre una madre y su hija, sobrevuela y define la trama. Sobre todo, porque ambas deberán resolver la tensión que implica el empezar a dejar de ser la hija que imaginó la madre, para comenzar a convertirse la persona que elija ser esa hija. Y como el amor nunca está en dudas, queda claro que las dos sobrevivirán a esta irrepetible etapa de sus vidas. Para todos, dentro y fuera de la pantalla, arranca la era de los pandas rojos y gigantes.
Fernando Ariel García

2 comentarios:

  1. Tal vez sea muy pronto, pero Soul escaló al primer puesto de pilar de mis favoritas. Dejando en un muy apretado segundo lugar a Monster Inc. Tal vez mi desmadrado amor x el jazz y la ciencia ficción. Como siempre, es subjetivo.

    ResponderEliminar
  2. A mí, como película, Soul no me termina de convencer. Pero la música que tiene me parece sobresaliente. Será ese amor por el jazz que comparto con vos. Por supuesto, todo, siempre, es subjetivo. La peli Pixar que más me gusta, sigue siendo Up.

    ResponderEliminar