Tex Albo Speciale Nº 31: Capitan Jack. Guión: Tito Faraci. Arte: Enrique Breccia. Portada: Enrique Breccia. Apartado teórico: Graziano Frediani, Gianmaria Contro, Luca Barbieri. Director Editorial: Michele Masiero. 240 páginas en blanco y negro. Sergio Bonelli Editore. ISSN: 9-771123-655002. Italia, junio de 2016.
Es uno de los eventos historietísticos más esperados de Italia. Una vez al año, el personaje estrella de la historia del fumetto, el ranger Tex, se entrega a las manos de distintos creadores internacionales de primerísima línea. Texone, le dicen cariñosamente a esta publicación, por su gran formato y sus casi 300 páginas de alto impacto. En él, ya dejaron su marca Joe Kubert, Carlos Gómez, Magnus, Jordi Bernet y una larguísima lista de nombres irrepetibles. Pero el primer lugar en el podio, desde ahora, me parece, le corresponde a Enrique Breccia, que acaba de regalarnos esta soberbia aventura de raigambre clásica y otro de sus trabajos más inspirados.
Una buena parte del mérito viene dada por el guión de Tito Faraci, que mantiene el tono popular de la serie regular de Tex, pero al mismo tiempo sabe llevarlo a territorios mucho más ricos y sutiles, poblados de grises y contradicciones que enriquecen y complejizan el mito unidimensional y (bastante) caduco que el ranger reafirma mes tras mes en los kioscos italianos. Aparece aquí, en todo su esplendor, una conciencia cósmica, cierta dimensión surrealista que le escapa al estereotipo y que fluye naturalmente de las manos de Breccia. Se nota que es una trama pensada para capitalizar al máximo sus capacidades gráficas y narrativas, gestionada para envolver a los lectores y no para congraciarse con el personaje.
Se trata, como tantas otras veces, de una ficción montada alrededor de una figura real que marcó (a su modo) el imaginario del Lejano Oeste; y de un hecho histórico concreto, que los libros de historia refieren como La guerra del Modoc. Hablamos del guerrero Kintpuash, más conocido como Capitán Jack, líder de la tribu indígena Modoc, predicador de la convivencia pacífica y el intercambio comercial con los blancos, siempre en igualdad de condiciones y con igualdad de oportunidades para tomar los sustentos necesarios del entorno natural. Pero, al no querer alinearse con la política de reservas patentada unilateralmente por el Gobierno de los EE.UU., el diálogo cambió las palabras por las armas y la tribu cayó exterminada entre 1872 y 1873.
Historia de Justicia y Venganza, de lealtades y traiciones, de elecciones (propias y ajenas) y consecuencias asumidas. Épica poética y profundamente humana, relato de usurpación territorial y genocidio indígena que se lee como western y se siente como drama gauchesco. No importa si estamos en la Pampa Salvaje o en una alucinada pradera sudcaliforniana del Oregón, habitamos espacios abiertos e infiernos personales que se llevan bajo la piel y se atraviesan en silencio. Asistimos a la representación dialéctica del cazador y la presa, a una lucha de ecosistemas indómitos e indomables, desbocados, tan atormentados como irremediables. Del avasallamiento de unos sobre otros.
Por cuestiones obvias, la coreografía de los enfrentamientos se lleva buena parte de las páginas más bellas del libro. Breccia se luce dando formas complementarias al discurso y la simbología, exprime el valor comunicacional de cada detalle. Su trazo de líneas perturbadoras imprime tensión al drama vital de la existencia. Se aprovecha del tono trágico del presagio, para llenar las viñetas con miles de hojas que revolotean en macabra danza, alertando sobre el estallido que se viene, inexorable. Son la expresión de una naturaleza impiadosa, que se impone dibujando (como el maestro argentino) las mil y una formas que puede adoptar la muerte atenta y querendona. Dejando en claro quién manda, al final, sobre todo y sobre todos.
Fernando Ariel García
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