jueves, 20 de febrero de 2014

TINTA MORTAL: CUESTA ABAJO EN LA RODADA

Tinta mortal (Colección Continuará… Vol. II Nº 3). Autor: Peiró. Portada: Peiró. 96 páginas en blanco y negro. Editorial La Página. ISBN: 978-987-503-637-6. Argentina, febrero de 2014.

Un verdadero acto de justicia. Ni más ni menos que la reparación de una inexplicable falta que el noveno arte local mantenía con Peiró (Manuel Peirotti) y los amantes de la buena historieta. De eso se trata Tinta mortal, libro recopilatorio de aquel puñado de relatos perfectos que supimos leer en la vieja Fierro, las manos sudorosas por el shock de adrenalina que tanto blanco y negro nos metiera en el cuerpo, las tripas estrujadas por lo que acabábamos de transitar, los pulmones vacíos por ese par de trompadas pegadas por alguien que sabe dónde, cómo y cuándo acabar la faena, poniéndote de rodillas antes de dejarte besar la lona.


Postales de un momento histórico preciso, en donde las vivencias personales reflejan y dialogan con la coyuntura sociopolítica del momento, el adentro de las viñetas (1915, los ’30, los ’60, los años de plomo) y el afuera de las revistas (los primeros aires democráticos de la primavera alfonsinista) confluyen a la hora de definir esa atmósfera densa, opresiva y violenta, que Peiró zanja con sardónica ironía, extirpándole el elemento divertido y risible que carga su trazo de matriz caricaturesca, manifestando sólo el lado trágico del humor. Que es algo así como la imposibilidad de imaginar un futuro, la tristeza de saberse atrapado en un rulo que nos dejará siempre en el mismo lugar, siempre un poco peor que antes.


Bajo un registro marco que remite al canon de la novela negra, desencantada, orillera y oscura, las historietas cortas de Tinta mortal están habitadas por un sinfín de perdedores que, además, andan perdidos por el mundo. Hombres y mujeres con el destino marcado por la zozobra, sin opciones por las que optar, sus sueños definitivamente postergados, las esperanzas carcomidas por este presente implacable que les tocó en suerte (o desgracia), por el curso que han de tomar indefectiblemente los acontecimientos. Desvelados por los apetitos satisfechos e insatisfechos, lo único que les queda son ansias de revancha que nunca tendrán la oportunidad de redimir.


Aquí hay de todo, como en botica. Amores testeados de mala manera, venganzas cocidas al vapor de un rencor alimentado con esmero, leyendas patagónicas, crímenes silenciosos ejecutados en caras alcobas y cuartuchos de hotel, en frondosas selvas y desiertos alienantes, en pueblos perdidos en mitad de la nada y chacras abandonadas de la mano de Dios, antes (mucho antes) de que salga el tiro del final. Arrabaleros, marginales, hampones primerizos, revolucionarios caribeños, mercenarios, putas de tetas grandes y culos transpirados, asesinos apropiadores que saben sonreír y matar, un piloto cordobés apoyando a la resistencia francesa en la Segunda Guerra mundial, un boxeador que perdió por nocaut antes de subir al ring.


Cuesta abajo en la rodada, sin embargo, ninguno resignará la ambición de levantar cabeza, de escalar socialmente aunque sea un peldaño. Por el camino del delito chico, por la huída al mundo de la fantasía o mediante la consumación de un deseo que termine por subvertir el laberinto que los aguarda expectante. Un esfuerzo inútil, estéril y agónico, percudido de suciedad, de oprobio, de aburrimiento. Porque todo, absolutamente todo, ya ha caído vandalizado por el cansancio existencial de la derrota. El descenso al infierno de las pasiones humanas. El desbarranco final de un puñado de vidas ya desbarrancadas.
Fernando Ariel García

Links:
Amapola Negra (Colección Continuará… Vol II Nº 1)
Dr. Fogg y otras historias (Colección Continuará... Vol. II Nº 2)
Colección Continuará… Vol. I

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