martes, 2 de septiembre de 2025

CAPITÁN AMÉRICA. UN NUEVO MUNDO: EL EMBAJADOR DEL SUEÑO

Capitán América: Un nuevo mundo. Director: Julius Onah. Protagonistas: Anthony Mackie (Sam Wilson / Capitán América), Harrison Ford (Thaddeus Ross / Hulk Rojo), Danny Ramirez (Joaquín Torres / Falcon), Tim Blake Nelson (Samuel Sterns / El Líder), Shira Haas (Ruth Bat-Seraph), Carl Lumbly (Isaiah Bradley), Xosha Roquemore (Leila Taylor), Giancarlo Esposito (Seth Voelker / Sidewinder). Participación especial de Sebastian Stan (Bucky Barnes), Liv Tyler (Betty Ross) y Jóhannes Haukur Jóhannesson (Copperhead). Guionistas: Rob Edwards, Malcolm Spellman, Dalan Musson, Julius Onah y Peter Glanz, sobre una historia de Edwards, Spellman y Musson. Basado en personajes y situaciones de los cómics Marvel. Marvel Studios. EE.UU., 2025. Estreno en la Argentina: 13 de febrero de 2025. Disponible en Disney+.


Tiene razón Germán Ponce. Lo mío es masoquismo. Después de fumarme la infumable The Marvels, me meto solito a ver Capitán América: Un nuevo mundo (Captain America: Brave New World), otro desastre. Bastante superior a la anterior, es cierto, pero no hacía falta mucho para lograrlo. Acá, otra vez, el problema no es que haya un Capitán América negro (perdón, afroamericano) de protagonista. Podría ser homosexual, mujer, latino, blanco hegemónico, o todo eso junto y estaría OK. El tema es que este Sam Wilson no llega a ser un Capitán América convincente porque todavía sigue siendo un excelente Falcon. No pasa por la representación de la mal llamada minoría, sino por el rol que le hace cumplir el film.


Para ser un thriller psicológico sobre la paranoia aplicada a las geopolítica, el posible encontronazo bélico entre superpotencias aparece con poco peso específico y cero nivel de tensión. Máxime después de irse alevosamente al mazo con el tratamiento que le brinda al personaje israelí Ruth Bat-Seraph, degradada de agente del Mossad con superpoderes a ex Viuda Negra. Este pasteurización de contenidos sensibles terminó transformando a la versión Marvel de El embajador del miedo en una somnolienta adaptación de Top Gun.


La responsabilidad, me parece, hay que buscarla en el guion. Escrito y reescrito hasta el cansancio, resignó la lógica interna del género y de la historia, para cohesionar la continuidad dispersa de El increíble Hulk (2008), Falcon y el Soldado del Invierno y Eternals. De manera consciente, desperdició el recurso de la Sociedad Serpiente con tal de incluir al nuevo Falcon latinodescendiente, el Hulk Rojo y la primera mención oficial del Adamantium, metal que recubre el esqueleto y las garras de Wolverine. La pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Tanto manoseo terminó decantando en la peor versión de Un nuevo mundo, o en la mejor?
Fernando Ariel García

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