martes, 16 de septiembre de 2025

LA LUZ QUE IMAGINAMOS: DARSE PERMISO PARA SER FELIZ

La luz que imaginamos. Directora y guionista: Payal Kapadia. Protagonistas: Kani Kusruti, Divya Prabha, Chhaya Kadam, Hridhu Haroon. Azees Nedumangad y Anandsami, entre otros. Petit Chaos / Chalk & Cheese Films / BALDR Film / Les Films Fauves / Another Birth / Pulpa Films / Arte France Cinéma. India / Francia / Luxemburgo / Países Bajos, 2024. Estreno en la Argentina: 18 de septiembre de 2025.


Tres mujeres, tres generaciones. Podríamos verlas como abuela, madre e hija; como hermanas o como la proyección de la misma persona en tres edades distintas. Pero en La luz que imaginamos (Prabhayayi Ninachathellam) son tres compañeras de trabajo en un hospital de Mumbai (antigua Bombay) especializado en salud reproductiva. Cada una atraviesa su propia crisis personal, en todos los casos derivada o relacionada con el amor de pareja.


La cocinera Parvathy (Chhaya Kadam) está a punto de ser desalojada después de haber quedado viuda, porque aquello que garantizaba la palabra del hombre ya no corre para una mujer. La enfermera Prabha (Kani Kusruti) continúa atada a un marido que nunca eligió y que desde hace mucho tiempo trabaja en Alemania, sin haber dado nunca señales de vida. Y la enfermera Anu (Divya Prahba) intenta zafar de un casamiento acordado por sus padres, para vivir el amor secreto que tiene con un joven musulmán, en abierto enfrentamiento a la tradición hindú que abraza su familia.


Cada una a su manera, las tres evidencian el hastío y el agobio de los milenarios mandatos culturales de una sociedad cerrada y machista, demasiado oscurantista, opresiva y represiva para mi gusto occidental. Encarceladas en una Mumbai oscura y lluviosa, abigarrada de sueños y frustraciones, de grandes negociados y oportunidades arrancadas, deambulan del trabajo a sus hogares. Cargando sus frustraciones, pasean por plazas y estaciones de trenes, consustanciadas con el ruido que define a la gran ciudad y les taladra la existencia. Hasta que un hecho externo les permita evaluar la posibilidad de un cambio interior. La posibilidad de darse permiso para ser felices, viviendo la vida que elijan vivir.


Profundamente empática, emocionalmente demoledora desde su austeridad narrativa, la película que el año pasado ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes se me hace de visión indispensable para este momento del mundo en donde las fuerzas retrogradas avanzan sobre los derechos ya conquistados de las mal llamadas minorías. Es interesante resaltar que el relato de la cineasta Payal Kapadia prescinde de la división entre buenos y malos, poniendo el foco en las estructuras culturales, sociales, políticas y religiosas que validan el modelo de relaciones entre hombres y mujeres, empleadores y trabajadores, poderosos y pauperizados. Ante este escenario, universalizable desde las experiencias locales, queda claro que la sororidad y la solidaridad son las únicas herramientas capaces de transformar la luz imaginaria en hechos concretos. El momento del cambio es ahora.
Fernando Ariel García

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