sábado, 30 de marzo de 2024

VENOM: UNIVERSO ARÁCNIDO, SAGA PARASITARIA

Venom. Director: Ruben Fleischer. Protagonistas: Tom Hardy (Eddie Brock / Venom), Brad Venable (voz adicional de Venom), Michelle Williams (Anne Weying / She-Venom), Riz Ahmed (Carlton Drake / Riot), Scott Haze (Roland Treece) y Reid Scott (Dan Lewis), entre otros. Participación especial de Chris O’Hara (John Jameson), Woody Harrelson (Cletus Kasady) y Stan Lee. Guionistas: Jeff Pinkner, Scott Rosenberg, Kelly Marcel. Basados en personajes y situaciones creadas por David Michelinie, Todd McFarlane, Mark Bagley y Ron Lim, entre otros, para los cómics Marvel, en particular las sagas Venom: Lethal Protector (1993) y Planet of the Symbiotes (1995). Columbia Pictures / Marvel Entertainment / Tencent Pictures / Arad Productions / Matt Tolmach Productions / Pascal Pictures. EE.UU., 2018. Estreno en la Argentina: 4 de octubre de 2018.


Según las nuevas teorías de la comunicación, el receptor ya no busca informarse sino ratificar sus ideas previas como forma de convalidar su posición y/o su prejuicio. Y debe ser cierto, porque me acerqué a Venom pensando que iba a ver una película que no me iba a gustar; y eso es exactamente lo que pasó. Razón por la cual terminé reafirmando mi idea previa: Si lo más interesante que tiene para ofrecer un film de superhéroes es la escena post-créditos, es porque la película en sí no tiene nada interesante para ofrecer.


La primera entrega del Universo Arácnido de Sony sin Spider-Man (o, mejor dicho, sin el Spider-Man del Universo Cinematográfico de Marvel), prescinde también del Venom anterior que habíamos visto en el tercer film del Spider-Man con Tobey Maguire, que sí forma parte del Universo Arácnido de Sony sin Spider-Man (o, mejor dicho, sin el Spider-Man del Universo Cinematográfico de Marvel). No importa, nada de esta disquisición sin sentido le hubiera agregado emoción, intriga, sorpresa a este Venom sin sentido; con pretensiones de alcanzar las alturas del Batman de Adam West, pero sin conocer el palo ni demostrar condiciones para ello.


Sacando el carisma de Tom Hardy (innegable), el resto del metraje de esta saga parasitaria del trepamuros hace agua por donde se lo mire. Aventura que nunca supera la chatura de lo conocido y transitado, comedia sin gracia que termina siendo tonta, violencia gratuita y extrema que pretende cancherear con el mal gusto, personajes acartonados que no salen de la morisqueta que exhiben como comportamiento. Buenos muy buenos, malos muy malos y el recurso ya agotado de enfrentar al (anti)héroe con una copia más grande, más poderosa y más desalmada de él mismo. Y la promesa de repetirlo todo en la secuela, sólo que contra el Carnage que personificará Woody Harrelson.


La escena post-créditos es otra cosa. Parece otra película porque, literalmente, es otra película. Parte del festín animado Spider-Man: Un nuevo universo que viene a introducir al Hombre-Araña afroamericano de Miles Morales y, enredado en su telaraña, el concepto total del Multiverso. Decir que es una joya es quedarse corto, que le pasa el trapo a todo lo que vimos antes de llegar a este cierre, es obvio. No hay que quedarse hasta el final para ver esta secuencia. Hay que saltarse todo el film para ver sólo esta secuencia. Y, si es posible, más de una vez.
Fernando Ariel García

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