viernes, 1 de marzo de 2024

ANATOMÍA DE UNA CAÍDA: THRILLER PROCESAL SOBRE LA DISOLUCIÓN DE UN VÍNCULO AMOROSO

Anatomía de una caída. Directora: Justine Triet. Protagonistas: Sandra Hüller, Swann Arlaud, Milo Machado-Graner, Antoine Reinartz, Samuel Theis, Jehnny Beth, Saadia Bentaieb, Camille Rutherford, Anne Rotger, Sophie Fillières y el perro Messi. Guionistas: Justine Triet, Arthur Harari. Les Films Pelléas / Les Films de Pierre. Francia, 2023. Estreno en la Argentina: 25 de enero de 2024.


Un remoto chalet de montaña en los Alpes franceses, lo suficientemente alejado de la ciudad de Grenoble. En el ático, el frustrado escritor galo Samuel Maleski escucha música a un volumen altísimo. En la planta baja, su esposa, la exitosa escritora alemana Sandra Voyter, se ve obligada a cortar la entrevista que le estaba concediendo a una de sus alumnas, con quien había evidenciado cierto coqueteo. Unas horas más tarde, Daniel, hijo adolescente de la pareja con una importante discapacidad visual, llega a la casa junto con su perro Snoop. Debajo de la ventana, sobre la nieve manchada de sangre, se encuentra el cadáver de su padre.


Inspirándose en el caso real de Amanda Knox, periodista y activista estadounidense injustamente encarcelada en Italia por la sospechosa muerte de un compañero de cuarto, la directora Justine Triet dio forma a esta atrapante (aunque algo larga) Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute). Mientras el film intenta dilucidar si se trata de un accidente, un suicidio o un asesinato, protagonistas y espectadores asistiremos a un tratado sociológico sobre la disolución de un vínculo amoroso, analizado bajo la formal perspectiva de un thriller procesal con aires hitchcockianos.


Tras el hecho concreto e irreversible de la muerte, seremos testigos de una importante serie de flashbacks que, en vez de certezas, nos arrojan cada vez más dudas. Queda claro que el contrato inicial del matrimonio (explícito o tácito, no importa) se había vencido. Los mutuos pases de facturas, los reclamos profesionales de él, la bisexualidad de ella, la elección del inglés como lengua común entre ambos, el rol de la pareja en el accidente que afectaría a su hijo, la mudanza a ese chalet, las discusiones cada vez más frecuentes y virulentas. Todo había venido dinamitando la convivencia. Y todo alimenta ahora cualquiera de las tres teorías posibles, una de las cuales deberá ser probada en juicio.


Las secuencias del tribunal configuran (para mí) lo más interesante del film. Sobre todo porque no hay forma de llenar el bache temporal que antecede a la caída mortal de Samuel. Es (¿y será?) una página en blanco sobre la cual las partes interesadas intentarán escribir sus tesis incriminatorias o exculpatorias. Por el estrado desfilarán informes criminalísticos no concluyentes, perfiles psicológicos poco vinculantes y suposiciones presentes en base a hechos proyectados con parcialidad desde el pasado. Ante la ausencia de una verdad fáctica, comprobable y comprobada, fiscales y defensores pugnarán por construir una verdad tan veraz y convincente como para sostener el dictado de una sentencia. ¿Será Justicia?
Fernando Ariel García

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