martes, 20 de julio de 2021

EXPLOTA EXPLOTA: QUÉ FANTÁSTICA ESTA FIESTA

Explota Explota. Director: Nacho Álvarez. Protagonistas: Ingrid García-Jonsson, Verónica Echegui, Fernando Guallar, Giuseppe Maggio, Fran Morcillo, Fernando Tejero, Pedro Casablanc, Carlos Hipólito y Natalia Millán, entre otros. Participación especial de Raffaella Carrá. Guionistas: David Esteban Cubero, Eduardo Navarro y Nacho Álvarez, sobre una idea original de Nacho Álvarez, inspirado en la vida y obra de Raffaella Carrá. Música original: Roque Baños. Incluye canciones del repertorio de Raffaella Carrá. Tema de cierre: En el amor todo es empezar, interpretado por Ana Guerra. Coreografías: Toni Espinosa. Tornasol / El Sustituto Producciones A.I.E. / Indigo Film / RTVE / Rai Cinema / Amazon Prime Video. España / Italia, 2020. Estreno en la Argentina: 15 de julio de 2021. Disponible en HBO MAX desde el 16 de julio de 2021.


Empiezo aclarando lo de siempre: No me gustan las comedias musicales. Me parece antinatural que las personas dejen de hablar para ponerse a cantar sus cuitas como si eso fuera lo más normal del mundo. No puedo conectar con eso. No sé conectar con eso. Dicho lo dicho, la opera prima del uruguayo Nacho Álvarez me encantó. Quizá por la natural fluidez con que el canto alternó con el habla, tal vez por la exquisita recreación de los musicales setentistas que supe ver en mi juventud televisiva, seguro porque las canciones de la recientemente desaparecida Raffaella Carrá me pegaron justo en la línea emotiva de flotación, hundiendo mis defensas neuronales ante un género al que me suelo acercar con muchísimos prejuicios.


Para definirlo rápido, Explota Explota (Ballo Ballo en Italia) es a la música de Raffaella Carrá lo que Mamma Mia! es a la de ABBA. Una excusa argumental armada para justificar esa imbatible seguidilla de éxitos representativos de la diva italiana. Una referente indiscutida del pop y el glam peninsular que, en su tierra natal, además, corporizó como nadie la lucha por los derechos de las mujeres y el colectivo gay, cuando mostrar el ombligo en pantalla implicaba la condena furibunda y explícita del Vaticano. Algo que de verdad le pasó a Raffaella.


De ahí, supongo, que el nudo argumental de esta comedia romántica ambientada en la España franquista de 1973, evidencie la tensión entre los reclamos libertarios de una generación y el accionar agobiante (y ridículo) de la censura de turno. Un drama que se condena sin resignar nunca la idealizada alegría de vivir de esos años, puesta a rodar con personajes lo necesariamente estereotipados para moverse a sus anchas en el límite almodovariano del kitsch.


Con diálogos frescos y efectivos, una paleta de colores sesentistas y algunas coreografías impactantes (la del subte es toda una maravilla), Álvarez nos pone a bailar y a cantar con, sin repetir y sin soplar, Adiós amigo, Tuca Tuca, Bailo bailo, Hay que venir al sur, Caliente caliente, Male, Lucas, 0303456, En el amor todo es empezar, Rumore, María Marí, Sin ti y Fiesta, todas ellas en su versión española. O sea, sin la censura agregada con que las conocimos en la Argentina. Conviene verla pronto. Por si acaso se acaba el mundo.
Fernando Ariel García

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