miércoles, 28 de julio de 2021

CRUELLA: DESNATURALIZANDO AL ENEMIGO

Cruella. Director: Craig Gillespie. Protagonistas: Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, Mark Strong, Kirby Howell-Baptiste, Kayvan Novak, Emily Beecham y John McCrea, entre otros. Guionistas: Dana Fox y Tony McNamara, sobre una historia de Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis, basado en personajes y situaciones de la novela 101 dálmatas (1956), de Dodie Smith. Canción de cierre: Call Me Cruella, interpretada por Florence + The Machine. Walt Disney Pictures / Marc Platt Productions / Gunn Films. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 28 de mayo de 2021, en salas cinematográficas y Disney Plus (Premier Access).


De pibe, frente al inevitable River-Boca que se jugaba entre los dibujitos animados de Warner y Disney, la discusión no se dirimía entre halcones y palomas sino entre conejos y ratones. Y yo era ferviente militante de la sana locura y la necesaria incorrección política de Bugs Bunny y sus amigos. Lo único que le reconocía al Tío Walt, debo ser sincero, es esa maravilla irrepetible de Fantasía (para mí, sigue siendo la mejor película de Disney) y la impardable capacidad de generar villanas de culto.


En ese rubro, los trabajadores de Disney siempre daban en el centro. Su norte era el modelo icónico de la femme fatale inmortalizada por el cine hollywoodense de la Edad de Oro: Irresistible, peligrosa, seductora, feminista en su cualidad de reafirmación de su libertad. La vestían de malvada porque esa era la única manera que encontraban para cargarla de sexualidad, deseo, gozo y poder, algo que (en esos años) no se les permitía a las miles de Blancanieves, Cenicientas y Bellas Durmientes que iban al cine a ver las películas de sus obligatorios modelos a perpetuar.


Lo mejor de esas cintas clásicas del universo principesco por antonomasia, no tengo dudas, está en el catálogo de deliciosas criaturas malvadas. Y gran parte de mi desprecio al pacato conservadurismo de Disney nació (creció y se fortaleció) en el rechazo a los castigos formales con que el estudio condenó (narrativamente hablando, por supuesto) a sus creaciones más vívidas, más logradas. Odiaba verlas perder, pero aplaudía que perdieran en su ley, eligiendo mantener su fidelidad a la naturaleza predadora que les daba identidad y trascendencia.


De ahí que, ahora, no me enganche mucho con la actual obsesión disneyana de reformatear a su galería de malas a la hora de otorgarles el protagonismo fílmico que antes le negaban. Me pasó con Maléfica. Y me pasa con esta Cruella de Emma Stone, desnaturalizada al extremo de justificar sus obsesiones más condenables con melodramáticas volteretas argumentales que la neutralizan como villana, para instalarla como antiheroína fashion y punk en la Londres de los revolucionarios setenta.


La película de Craig Gillespie cumple con el imaginario british que promete. Es visualmente despampanante, cuenta con un vestuario lo necesariamente grandilocuente; y se apoya en las grandes actuaciones de un reparto muy bien encabezado por las dos Emmas (Stone y Thompson), que saben caminar por el filo del desborde sin caer nunca en la caricatura. Y establece un origen definitivo que rehabilita la conciencia de Cruella de Vil frente a la ola cancelatoria que caracteriza al nuevo conservadurismo.


Si algo me llevó hasta el final de la película, fue su perfecta banda sonora. Una seguidilla de inmortales hits de la música rock, pop, funk, R&B, jazz y punk de la escena (no sólo) británica de los ’60 y ’70. Supertramp, Bee Gees, The Doors, Nina Simone, Ike & Tina Turner (haciendo covers de los Beatles y Led Zeppelin), Queen, Blondie, The Clash, los Rolling Stones, David Bowie, Suzy Quatro, Deep Purple, Electric Light Orchestra, Black Sabbath y The J. Geils Band, entre otros. Ideal para ver con los ojos cerrados y el volumen al palo.
Fernando Ariel García

1 comentario:

  1. Siempre he preferido Warner por sobre Disney.
    Bugs Bunny, con su malicia, vence a un cazador, que es un millonario que no tiene otra cosa mejor que hacer.
    ¿Quien engañó a Roger Rabbit? Es evidente que personajes se lucen más. Excepción Donald con ese dúo de pianos, se comporta como un personaje de Warner.

    Debo decir que me gustó Maléfica, magistralmente protagonizada por Angelina Jolie. Con cierta oscuridad, que se mantiene en la secuela.

    Con esta película, no sé. He leído reseñas favorables y desfavorables, casi por las mismas razones.

    Saludos.

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