Cruella. Director: Craig Gillespie. Protagonistas:
Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, Mark Strong, Kirby
Howell-Baptiste, Kayvan Novak, Emily Beecham y John McCrea, entre otros.
Guionistas: Dana Fox y Tony McNamara, sobre una historia de Aline Brosh McKenna,
Kelly Marcel y Steve Zissis, basado en personajes y situaciones de la novela
101 dálmatas (1956), de Dodie Smith. Canción de cierre: Call Me Cruella,
interpretada por Florence + The Machine. Walt Disney
Pictures / Marc Platt Productions / Gunn Films. EE.UU., 2021. Estreno en la
Argentina: 28 de mayo de 2021, en salas cinematográficas y Disney Plus (Premier
Access).
De pibe, frente al inevitable River-Boca que
se jugaba entre los dibujitos animados de Warner y Disney, la discusión no se
dirimía entre halcones y palomas sino entre conejos y ratones. Y yo era
ferviente militante de la sana locura y la necesaria incorrección política de
Bugs Bunny y sus amigos. Lo único que le reconocía al Tío Walt, debo ser
sincero, es esa maravilla irrepetible de Fantasía (para mí, sigue siendo la
mejor película de Disney) y la impardable capacidad de generar villanas de
culto.
En ese rubro, los trabajadores de Disney
siempre daban en el centro. Su norte era el modelo icónico de la femme fatale inmortalizada
por el cine hollywoodense de la Edad de Oro: Irresistible, peligrosa, seductora,
feminista en su cualidad de reafirmación de su libertad. La vestían de malvada
porque esa era la única manera que encontraban para cargarla de sexualidad,
deseo, gozo y poder, algo que (en esos años) no se les permitía a las miles de
Blancanieves, Cenicientas y Bellas Durmientes que iban al cine a ver las
películas de sus obligatorios modelos a perpetuar.
Lo mejor de esas cintas clásicas del universo
principesco por antonomasia, no tengo dudas, está en el catálogo de deliciosas
criaturas malvadas. Y gran parte de mi desprecio al pacato conservadurismo de
Disney nació (creció y se fortaleció) en el rechazo a los castigos formales con
que el estudio condenó (narrativamente hablando, por supuesto) a sus creaciones
más vívidas, más logradas. Odiaba verlas perder, pero aplaudía que perdieran en
su ley, eligiendo mantener su fidelidad a la naturaleza predadora que les daba
identidad y trascendencia.
De ahí que, ahora, no me enganche mucho con
la actual obsesión disneyana de reformatear a su galería de malas a la hora de
otorgarles el protagonismo fílmico que antes le negaban. Me pasó con Maléfica.
Y me pasa con esta Cruella de Emma Stone, desnaturalizada al extremo de
justificar sus obsesiones más condenables con melodramáticas volteretas
argumentales que la neutralizan como villana, para instalarla como antiheroína fashion
y punk en la Londres de los revolucionarios setenta.
La película de Craig Gillespie cumple con el
imaginario british que promete. Es visualmente despampanante, cuenta con un
vestuario lo necesariamente grandilocuente; y se apoya en las grandes
actuaciones de un reparto muy bien encabezado por las dos Emmas (Stone y Thompson),
que saben caminar por el filo del desborde sin caer nunca en la caricatura. Y establece
un origen definitivo que rehabilita la conciencia de Cruella de Vil frente a la
ola cancelatoria que caracteriza al nuevo conservadurismo.
Si algo me llevó hasta el final de la
película, fue su perfecta banda sonora. Una seguidilla de inmortales hits de la
música rock, pop, funk, R&B, jazz y punk de la escena (no sólo) británica
de los ’60 y ’70. Supertramp, Bee Gees, The Doors, Nina Simone, Ike & Tina
Turner (haciendo covers de los Beatles y Led Zeppelin), Queen, Blondie, The
Clash, los Rolling Stones, David Bowie, Suzy Quatro, Deep Purple, Electric Light
Orchestra, Black Sabbath y The J. Geils Band, entre otros. Ideal para ver con
los ojos cerrados y el volumen al palo.
Fernando Ariel García
Siempre he preferido Warner por sobre Disney.
ResponderEliminarBugs Bunny, con su malicia, vence a un cazador, que es un millonario que no tiene otra cosa mejor que hacer.
¿Quien engañó a Roger Rabbit? Es evidente que personajes se lucen más. Excepción Donald con ese dúo de pianos, se comporta como un personaje de Warner.
Debo decir que me gustó Maléfica, magistralmente protagonizada por Angelina Jolie. Con cierta oscuridad, que se mantiene en la secuela.
Con esta película, no sé. He leído reseñas favorables y desfavorables, casi por las mismas razones.
Saludos.