jueves, 11 de abril de 2019

LUCHANDO CON MI FAMILIA: TITANES EN EL RING (Y EN LA VIDA)

Luchando con mi familia. Director: Stephen Merchant. Protagonistas: Florence Pugh, Jack Lowden, Nick Frost, Lena Headey, Vince Vaughn, James Burrows, Thea Trinidad, Kim Matula y Aqueela Zoll, entre otros. Participación especial de Dwayne Johnson. Guión: Stephen Merchant, basado en la vida real de Saraya "Paige" Knight y el documental televisivo The Wrestlers: Fighting with My Family, de Max Fisher. Productor: Dwayne Johnson. Metro-Goldwyn-Mayer / Channel 4 Television Corporation / Film4 / Misher Films / Seven Bucks Productions / The Ink Factory / WWE Studios. Reino Unido / EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 11 de abril de 2019. 

Cumplir el sueño de tu vida cuesta. Y duele. Sobre todo, si sos una luchadora de catch de las ligas amateurs británicas, acostumbrada a remarla en peleas arregladas (que no falsas) con tu familia, parando el puchero de la casa a fuerza de patadas voladoras y tomas buñuelo. Y disfrutando (mucho) de hacerlo así. 


Luchando con mi familia (Fighting with my Family) está basada en la historia real de Saraya Knight, más conocida por el nombre artístico de Paige en la famosa liga WWE, una especie de Titanes en el ring de alcance global, con miles de millones de seguidores y fanáticos empedernidos. Debidamente edulcorada para entrar en la categoría de melodrama cómico deportivo, la película cuenta la historia de superación de esta chica de Norwich que, literalmente, conquistó a los golpes su lugar en la industria. Y si bien es una nueva vuelta de tuerca sobre la clásica historia de la Cenicienta, está muy bien hecha y logra su cometido secundario, entretener. 


Porque está claro desde el arranque que, siendo una producción de la WWE, Luchando… busca seguir expandiendo el poderío de la licencia en nuevos territorios, esta vez el campo audiovisual de ficción. La presencia de Dwayne Johnson, haciendo de él mismo durante su transición de luchador de catch a megaestrella hollywoodense, ayuda a instalar esa idea de que la WWE es una gran familia antes que una picadora de carne enfocada en facturar programas de TV, espacios periodísticos y todo el merchandising imaginable. 


Pero si el film de Stephen Merchant tiene un mérito (que tiene varios) es el de saber empardar la necesidad empresarial con el costado humano del relato, construyendo una adorable familia disfuncional que se ama de verdad. Un grupo siempre preocupado por el devenir de su negocio; y ocupado en incluir socialmente a jóvenes discapacitados o sin otro futuro que la calle, aprovechando los valores que rodean al deporte. Fuera del ring, late en Luchando con mi familia una filosa mirada humorística sobre el destino solidario de la clase trabajadora (no sólo) británica; y una impronta feminista que pone en su justo lugar al machismo ejercido por los hombres y al machismo ejercido por las mujeres. Y todo ello, con las herramientas narrativas del mejor cine. 
Fernando Ariel García

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