(Información de prensa) El ensayo también es una función. Actriz (Argentina, 2017) se estrena comercialmente el próximo 7 de septiembre. El documental de Fabián Fattore aborda el trabajo como actriz de teatro de Analía Couceyro.
Una puesta teatral que se acerca a su final y la composición de un nuevo personaje implican otros desafíos y aprendizajes. La dificultad de un texto árido, la repetición, el rigor de los ensayos. Este proceso permite ir develando emociones y pliegues ocultos. Una serie de apuntes y anotaciones al margen mientras la maquinaria teatral se despliega.
Dos ideas motoras pueden mencionarse en el origen de esta película. La apropiación de un texto como parte esencial del trabajo teatral y las emociones y vivencias que transita quien ensaya. Hay tres ejes principales a partir de los cuales la película se estructura. Ensayos y funciones de Constanza Muere. Ensayos y funciones de El Rastro. Por último el eje más desarrollado es la preparación del personaje de Marie Curie para el concierto escénico De Materie.
Con una puesta en escena y de cámara muy austeras, la película trabaja a partir de planos largos y sus desarrollos temporales. Captar los pliegues de sentido que se producen en esos fragmentos de espacio-tiempo. Miradas, gestos y emociones que los textos y los ensayos producen en Analía. Vemos como evoluciona el personaje, pero sobre todo vemos los cambios en la propia actriz al ensayar. El sentido no es exclusivamente el de la palabra. A veces se nos revela fugazmente.
El paso del teatro al cine implicaba darle a ese fragmento de lo real estático una imagen muy contundente y cinematográfica a la vez. Los espacios teatrales, la luz del escenario, los primeros planos, la cámara fija y el blanco y negro ayudan a desnaturalizar la escena y de alguna manera a extrañarla.
Si bien algunas escenas se desarrollaron en el espacio arquetípico de un teatro, luces duras sobre un escenario, también se buscaron otros lugares en los que habita Analía. La cocina de su casa, los ensayos en una terraza, un viaje en auto, una habitación de hotel, los pasillos del Teatro Argentino de La Plata, el camarín de El Portón.
El proceso fue intenso. Se rodó durante un año y medio contando con la total entrega de Analía, su generosidad, su sensibilidad, sus aportes e ideas y los de sus compañerxs en la distintas obras. Y, sobre todo, se contó con su enorme talento.
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