lunes, 28 de octubre de 2013

EL 28º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA ANUNCIA LAS PELICULAS ARGENTINAS EN COMPETENCIA Y SE CONSOLIDA COMO UN IMPORTANTE ESPACIO DE FOMENTO PARA EL CINE NACIONAL

(Información de prensa) Afirmando su significativa importancia en la promoción y fomento del cine argentino, el 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata comunica que los premios de las distintas competencias y secciones superan el millón de pesos.


Todos los films nacionales seleccionados en las competencias Internacional, Latinoamericana y Argentina, así como también en el Work in Progress, las secciones Panorama Argentino, Venas Abiertas y BSO, competirán por diferentes premios económicos y en especies.
El Festival, a través del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) premiará a los mejores directores argentinos de largo y cortometraje, mientras que la industria del cine local, representada por las más importantes asociaciones y empresas otorgará premios a las películas argentinas de las distintas competencias y secciones.
Los títulos nacionales incluidos en las distintas competencias oficiales son:
Competencia Internacional 
La Laguna (Gastón Bottaro, Luciano Juncos). Esta aventura de búsqueda personal marca el debut de los directores, que describen la película como un viaje y un desafío a partir del redescubrimiento del personaje que guía el relato.
Fantasmas de la ruta (José Campusano). El director de Vikingo pone en escena nuevamente al personaje de aquella película en otro de sus relatos viscerales de áspero realismo.

Competencia Latinoamericana 
El grillo (Matías Herrera Córdoba). El primer relato de ficción del realizador de “Criada” es un claro ejemplo de cierta renovación del cine que se realiza en la provincia de Córdoba.
El amor a veces (Eduardo Milewicz). El director de Samy y yo entrega una historia de amor entre los personajes de Gonzalo Valenzuela y Malena Villa.
Choele (Juan Pablo Sasiaín). Un relato que narra la historia entre padre e hijo, y la etapa de ingreso a la adolescencia, con Leonardo Sbaraglia como protagonista.
Tiro de gracia (Nicolás Lidijover). El debut de Lidijover pone en escena la historia detrás de un asalto con una crudeza pocas veces vista en el cine local.

Competencia Argentina 
Escuela de sordos (Ada Frontini). Un registro preciso y emotivo del trabajo y la entrega de una maestra de una escuela para chicos sordos, que invita a la reflexión.
7 Salamancas (Marcos Pastor). Una road movie espiritual, atípica, que sigue los rastros de las leyendas latinoamericanas ocultas para el cine hasta hoy.
Liberen a García (María Boughen). La relación de dos chicas jóvenes en un instante de búsqueda personal y fuga de su propio universo familiar hostil.
I am MAD (Baltazar Tokman). Un viaje extraño y lúcido sobre qué es aquello a lo que algunos llaman “locura”, adentrándose en la búsqueda y el pasado de un personaje alucinante (y alucinado).
Mujer conejo (Verónica Chen). La directora de Vagón fumador y Agua sorprende con un relato que mezcla un entramado de mafias chinas, con ciencia ficción –y hasta terror-, y se mete en terreno del cine de animación, todo bañado con un humor negrísimo.
Algunos días sin música (Matías Rojo). Un bello relato de iniciación de tono melancólico que sigue los pasos de tres chicos mendocinos.
Diamante (Emiliano Grieco). El pasaje de la infancia a la pubertad es el momento en el que este relato, en los límites entre ficción y documental, se detiene para mostrar los días de un chico en la localidad de Diamante, una pequeña aldea pesquera en la orilla del Río Paraná.
El aire (Santiago Guidi). El encuentro casual de una pareja de jóvenes y el paso de las horas nocturnas se convierten en un cálido retrato generacional de aquellos que buscan su destino.
Polvareda (Juan Schmidt). Cine de género con elementos universalmente reconocibles, pero trasladados a la Pampa argentina, con hombres de acción y numerosos guiños cinéfilos.
Tres muertos (Jerónimo Atehortúa Arteaga / Iñaki Dubourg). Con el espíritu de una road movie y ecos del cine norteamericano de los setenta, la pareja de directores cuenta los días de tres amigos luego de una noche turbulenta.
La utilidad de un revistero (Adriano Salgado). Posicionándose en los bordes del cine experimental, la película propone un juego narrativo y audiovisual, a través de un uso del espacio poco convencional.
Imprescriptible (Alejandro Ester). Un registro documental que muestra el juicio que que corresponde a la segunda etapa de lo que se conoce como “Megacausa ESMA”, a través del testimonio de testigos y víctimas directas.
Maravilla, un luchador adentro y afuera del ring (Juan Pablo Cadaveira). Desde su infancia en Quilmes hasta los rings internacionales, este documental logra seguir el ritmo de la carrera del boxeador Maravilla Martínez.

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