miércoles, 30 de junio de 2021

VAMPUS HORROR TALES: CUENTOS DE AMOR, DE LOCURA Y DE MUERTE

Vampus Horror Tales. Directores: Víctor Matellano, Manuel Martínez Velasco, Isaac Berrocal, Piter Moreira, Erika Elizalde. Protagonistas: Saturnino García (Vampus), Nacho Guerreros, Elena Furiase, Félix Gómez, Montse Plá, Diego Arjona, Erika Sanz, Dunia Rodríguez, Daniela Dardanelli, Federico Repetto, Alberto Rivas, José Lifante y África Gozalbes, entre otros. Participación especial de Paul Naschy (voz). Guionistas: Victoria Vázquez, Diego Arjona y Víctor Matellano; Yolanda García Serrano; Ignacio López Vacas; Isaac Berrocal; Piter Moreira. Idea original: Víctor Matellano. Ilustradores: Claudio Sánchez (insertos en el metraje), David Benzal (afiche). Argot Films / Vima Producciones / Raccord Films / Wild Duck Productions / Red Rum / Infilmity Video Productions. España, 2020.


Los primeros veinte segundos de metraje lo dejan más que claro. De haber sido una película estadounidense, se llamaría Creepy Horror Tales. Si fuera argentina, por otra parte, sería Dr. Tetrik Horror Tales. Pero está hecha en España (aunque una parte se haya rodado en Montevideo, Uruguay) y por eso lleva por título Vampus Horror Tales. Vampus, en homenaje a la revista Vampus, cabecera bajo la cual Ibero Mundial de Ediciones divulgó entre los lectores hispanos, a partir de 1971, los clásicos cómics de terror de la Creepy de Warren.


La antología fílmica ideada por Víctor Matellano, rodada en glorioso blanco y negro por un combo de directores jóvenes que desconocían qué estaban haciendo los otros, viene hilvanada por la figura de un anfitrión sardónico y tenebroso: el Vampus del título. Un querible sepulturero con costumbres non-sanctas, que responde al nombre de Sr. Fettes pero insiste en ser llamado Vampus. Una criatura irónica y despiadada que el notable Saturnino García (Acción mutante, El día de la Bestia, Tiempo después) viste con el garbo justo que le impone su trabajo (enterrar de día y desenterrar de noche) y el ejercicio de sus tres hobbies predilectos: Leer cómics de terror, matar gente y contarnos historias.

Vampus, el sepulturero anfitrión interpretado por Saturnino García

Los cuatro relatos que van a desplegarse frente a nuestros ojos comparten una pulsión tanática en común: El horror después del amor. Todas las historias están marcadas por el dolor enfermizo del rechazo, expresado en insanos impulsos cuasi necrófilos. Como un carrusel de relaciones tóxicas, de distintas naturalezas y en diferentes lugares, pero con el mismo final. En el mientrastanto, una dosis de misterio, un toque de gore algo naif, bastante humor negro y mucha más atmósfera que sustancia.


La película apuesta fuerte al impacto del final sorpresa y (dentro de lo posible) shockeante. No siempre lo logra, es cierto, porque algunas cosas se ven venir galopando y otras aparecen resueltas de manera algo forzada y de apuro. Se la nota preocupada por aggiornar los contenidos, para que reflejen los tiempos actuales (amores inclusivos, homosexuales y hasta una ambientación en tiempos de pandemia), pero nada llega al nivel sobresaliente de la puesta estética retrosesentista, capaz de recuperar el pulso narrativo de las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador y el imaginario gótico europeo de Paul Naschy (1934-2009), cuya voz puede oírse en uno de los segmentos.


El mayor mérito de Vampus Horror Tales es también su fatídico talón de Aquiles. Sólo funciona (y muy bien) si uno comparte los códigos de referencia que la película pone en valor. Si no es así, más vale no acercarse.
Fernando Ariel García

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