Los inútiles (remasterizada en 4K). Director: Federico
Fellini. Protagonistas: Franco Interlenghi, Alberto Sordi, Franco Fabrizi, Leopoldo
Trieste, Riccardo Fellini, Leonora Ruffo, Jean Brochard, Claude Farell, Carlo
Romano, Lída Baarová, Enrico Viarisio y Paola Borboni, entre otros. Guionistas:
Federico Fellini y Tullio Pinelli, sobre una historia original de Federico
Fellini, Ennio Flaiano y Tullio Pinelli. Música: Nino Rota. Peg Films / Cité
Films. Italia / Francia, 1953. Estreno en la Argentina (versión remasterizada):
17 de junio de 2021 (interior del país), 18 de junio de 2021 (Ciudad Autónoma
de Buenos Aires).
Tercera película de Federico Fellini, Los inútiles (I vitelloni) sigue tan perfecta, actual y contundente como cuando
se estrenó en 1953, consagrando a uno de sus protagonistas (Alberto Sordi) y
colocando al genio de Rímini en el sitial de privilegio que revalidaría
definitivamente con su próximo trabajo, La
strada. Claro que, verla remasterizada en 4K, como si se hubiera terminado
de filmar hace quince minutos, aumenta considerablemente el placer de la
experiencia cinematográfica, un plus del que ya habíamos disfrutado con La dolce vita.
Como toda su obra, Los inútiles trabaja las obsesiones clásicas del director (la
libertad de un mundo festivo como contracara de una realidad chata y asfixiante,
el peso de los mandatos culturales sobre las inseguridades personales, los
excesos reconvertidos en lugar de refugio), hilvanando un tenso diálogo entre
el pasado histórico y su biografía personal. A nivel lenguaje, también dice
presente el onirismo mágico que definirá su estilo, pero lo hace encorsetado en
la narrativa tradicional del mejor neorrealismo italiano, aquel que se encargó
de dinamitar el discurso fascista con la puesta en valor poético de las auténticas
condiciones sociales: pobreza, hambruna, explotación y resistencia a los poderes
establecidos.
En este marco ético y estético, Los inútiles sigue los pasos de cinco
hombres jóvenes de veintitantos años: El frustrado Moraldo (Franco
Interlenghi), el vulnerable Alberto (Alberto Sordi), el mujeriego Fausto
(Franco Fabrizi), el inocente Riccardo (Riccardo Fellini, hermano del director)
y el mediocre escritor Leopoldo (Leopoldo Trieste). Todos bastante inmaduros, algo
vagos y parasitarios de sus familias de origen. Con poco apego al trabajo, pasan
su tiempo gastándose bromas infantiles entre cafés y bares, entre partidas de
pool y silenciosas caminatas por la playa. Una forma de tapar sus ganas de
vivir la vida loca en esa Rímini detenida en el tiempo, que los invita a soñar
alto para después bajarlos de un hondazo cruel e inmisericorde. Y devorarlos de
cara al mar.
De acuerdo con el propio Fellini, el
significado real de la palabra vitelloni
era imposible de traducir correctamente a otro idioma. Sí refiere a la
condición de persona ineficaz, inoperante o inservible que aglutina el título
en castellano de Los inútiles, pero
está muy lejos de quedarse sólo en esa definición. Los vitelloni eran los jóvenes fracturados económica y emocionalmente
por la posguerra. Estudiantes de familias modestas, con las posibilidades
acotadas de antemano por la coyuntura que les había tocado en suerte (o desgracia).
Desempleados sin ninguna posibilidad de futuro en los pueblos grises del
interior, condenados a repetir la anodina existencia de sus ancestros antes de
convertirse en eficaces verdugos de los anhelos de su descendencia.
A casi setenta años de su estreno, Los inútiles sigue siendo un fiel
retrato de cualquier juventud ahogada por su entorno histórico, político y social.
Obligada a elegir entre una vida marcada por la insatisfacción garantizada o la
incerteza del exilio, entre la reproducción mecánica de la tristeza y el vértigo
de animarse a perseguir sus deseos. La crónica angelada de una generación sin
nada que perder, porque ya lo había perdido todo.
Fernando Ariel García
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