jueves, 14 de julio de 2011

MEMORIE DELL’ETERNAUTA TOUR – SEGUNDA ESTACION: PROCIDA

Media hora no es mucho tiempo. Un concepto relativo, claro, sobre todo si esa media hora la pasamos arriba del vaporetto que une Nápoles con Procida, un día en que el mar se mostraba muy poco amable con quienes nos estábamos animando a cruzarlo. Mientras las olas picadas del Tirreno iban marcando el ritmo ascendente y descendente de los estómagos, trataba de consolar mis náuseas pensando en lo que hizo Odiseo (Ulises para los romanos) cuando navegó estas aguas. Pero claro, yo no soy ningún héroe y lo único que espero es que el viaje termine pronto. Y parece que los Dioses nos sonríen, porque termina bastante pronto.



Cielo y mar. Pero, ¿cuál es cuál?


Más temprano que tarde empiezan a aparecer ante nuestros ojos las siluetas de las casas costeras. Casas de pescadores. Casas de colores vivos, fuertes y contrastantes. Un par de días después, con un almuerzo frugal delante, la gente del lugar va a contarme que el tema de los colores no tiene que ver sólo con una elección estética. Isla de pescadores, el colorido de las paredes está pensado para poder ser visto desde mar adentro, incluso en los días de espesa niebla, como faros que guíen el camino a casa de los añosos barcos cargados con los frutos del mar. La imagen del hogar, me dirán, es el único antídoto probadamente eficaz contra los cantos (o silencios) de las sirenas que habitan bajo las olas.



Procida


De origen volcánico, Procida es la más pequeña de las tres islas del golfo de Nápoles. Y también la menos conocida, si hemos de creer todo lo que dicen los folletos turísticos. Intimamente relacionada con la contemplación y el arte del buen vivir, Procida nada tiene que envidiarle a sus hermanas más promocionadas: Capri e Isquia. Laberinto de sensaciones que se desgrana en cielos azules y calles serpenteantes, por siglos supo ser estratégico enclave en la ruta comercial entre Oriente y la Europa continental. Habitada y dominada por griegos, etruscos, micénicos, romanos, vándalos, angevinos, aragoneses y sarracenos, exhibe las herencias arqueológicas, culinarias, artísticas y filosóficas que esas culturas fueron sembrando en su suelo. Lo más parecido que pueda verse al Paraíso sobre este mundo terrenal, creo, que ha servido de escenario natural para diferentes largometrajes cinematográficos (Il postino, conocida en castellano como El cartero o El cartero de Neruda, debe de estar entre las más famosas). Equilibrado balance entre la acción del Hombre y el imperio de la Naturaleza, Procida es la puerta de entrada a las arcaicas raíces de la Historia y el Mito.



A este lugar sagrado arribamos la tarde del martes 3 de mayo, para formar parte de Un ambiente fatto a strisce (http://magazine.unior.it/ita/content/un-ambiente-fatto-strisce), ciclo de encuentros dedicado al estudio de la novela gráfica como medio de comunicación. Organizado por la Universidad de Estudios de Nápoles “L’Orientale” (http://magazine.unior.it/ita), las cinco jornadas de trabajo se llevarán a cabo entre las paredes de Terra Murata, antigua ciudadela medieval enclavada en el punto más alto de la isla que fue, no causalmente, el primer núcleo habitacional de Procida. Lugar estratégico de reparo, que en el siglo XVI supo ser guarida del almirante otomano Khair-Ad-Din, más conocido como el pirata Barbarroja; y que hoy funciona como centro de estudios para la comunidad.



Terra Murata


El listado completo de las ponencias permite ver la amplitud temática y de criterios con que el profesor Alberto Manco y toda su gente (M. Cinque, F. De Rosa, C. Di Perna, A. Mancini, V. Russo y R. Sbrescia) enfocaron las relaciones entre el noveno arte y los distintos procesos históricos, abordando la figura (o el formato) de la novela gráfica como herramienta para la creación de sentido en las modernas sociedades de la comunicación. A grandes rasgos, fueron abordados cinco grandes arcos temáticos:
1) La historieta como refugio de la memoria frente a la barbarie, como reservorio de Justicia frente a los genocidios:
Aquí me tocó el privilegio de exponer el resultado del trabajo que derivó en el libro Memorie dell’Eternauta (gracias al soberbio trabajo de traducción en vivo de Paola Laura Gorla, hay que decirlo), una visión de la historia argentina de los últimos sesenta años a través del prisma creativo de la obra magna de nuestra historieta, íntimamente ligada a la vida personal de Oesterheld y Solano López (ver http://labitacorademaneco.blogspot.com/2011/07/memorias-del-eternauta-la-historia-del.html).



Pat Masioni en acción


La problemática africana fue abordada desde tres aspectos complementarios. Pat Masioni (http://patmasioni.canalblog.com/), historietista congoleño que debió pedir asilo político en Francia tras ser perseguido por el Gobierno, dictó el workshop La historieta, el Africa, a partir de su obra Rwanda 1994, dedicada a narrar la guerra interna entre las tribus Hutus y Tutsis. Más tarde, Sandra Federici, coordinadora de Africa Comics (http://www.africacomics.net/eng_index.shtml), explicó los alcances del proyecto, que es el de amplificar las voces del Africa contemporánea a través de los trabajos de sus historietistas. Y por último, Alessandro Triulzi, docente de Historia e Instituciones del Africa, se explayó largo y tendido sobre los imaginarios propiciados desde El Hombre Enmascarado (nombre con que en Italia y España se conoce a El Fantasma -The Phantom- de Lee Falk) y la actualidad de esas cuestiones.
La revolución árabe de 2011, que culminó con la caída del presidente Hosni Mubarak, también estuvo presente. El historietista local Magdy El Shafee (http://magdycomics.com/), autor de la primera novela gráfica egipcia, Metro, prohibida por el régimen de Mubarak, contó su experiencia personal con Pulsos desde las calles de El Cairo. Y Chiarastella Campanelli, directora de la editorial Il Sirente (http://www.sirente.it/), en cuya colección Altriarabi se publicó la versión italiana de Metro, habló sobre Los nuevos árabes. La novela gráfica como instrumento de emancipación social.


ANIMAls, la mejor revista del mundo


2) La utilización de la historieta como nuevo lenguaje periodístico:
Luca Raffaelli, periodista, ensayista, experto en historietas y animación, introdujo la temática, analizándola y enriqueciéndola desde su ponencia. Guido Ostanel, directivo de BeccoGiallo Edizioni (http://main.beccogiallo.net/), relató la experiencia editorial de las Imágenes que producen acciones. Laura Scarpa, historietista y directora de la revista ANIMAls (http://animals-theblog.blogspot.com/), se ocupó de La difícil vida sobre el papel. Riesgos e importancias de relatar la realidad. Pero en este rubro no todo fueron exposiciones teóricas, también hubo lugar (y mucho y muy bueno) para dos workshops con profesionales de primer nivel: La crónica en historietas: La experiencia de la sección 3D en el diario “Terra”, con Paco de Siato, Giulio Gargia, Mario Punzo y Luca Raffaelli; y Periodismo en historieta: Historietas de frontera, por Marco Rizzo, periodista y guionista.



Modotti, de Angel de la Calle


3) Las posibilidades de la Novela Gráfica, como lenguaje y como formato:
Angel de la Calle, historietista y crítico especializado, autor de la monumental Modotti, enfocó la Literatura dibujada: Biografía e historia. Giuseppe Cozzolino, periodista, escritor y crítico especializado, abordó la relación Novela gráfica y superhéroes. Y Antonio Scuzzarella, director de 001 Edizioni (http://www.001edizioni.com/), se hizo la pregunta clave: ¿Están preparados los lectores de historietas para la novela gráfica? Breve viaje al mundo editorial italiano entre el conformismo y el deseo de experimentar.
4) Cuestiones identitarias reflejadas por la historieta:
Paola Laura Gorla, docente de Lengua y Lingüística Española, analizó en profundidad la obra de Jodorowsky-Moebius: El Incal (1981-1989). El héroe imperfecto, el andrógino, los híbridos. Del grotesco a la fantaciencia. Azzurra Mancini y Valentina Russo hicieron lo propio enfocando La relación hombre-mujer en la historieta: La comunicación entre Diabolik y Eva. Derek Royal (http://www.derekroyal.com/), investigador especializado y editor ejecutivo del Philip Roth Studies (http://rothsociety.org/), diseccionó la Identidad americana y el origen étnico en los cómics. Y Massimiliano de Giovanni, guionista y director de la editorial Kappa Edizioni (http://www.kappaedizioni.it/), se ocupó de La identidad de género en la novela gráfica. Cuando la historieta hace coming out.


Diabolik y Eva Kant, ejemplo de pareja


5) Miradas generales sobre la historieta en cuanto arte, lenguaje e industria:
Stefano Casi, estudioso teatral, se dedicó a la Dramaturgia de la historieta: Copi en tiras y sin tiras. Benoît Mouchart, director del Festival Internacional de la Historieta de Angoulême, habló De algunos conceptos erróneos sobre la historieta. Alessandro Di Nocera, ensayista y crítico especializado, analizó Lenguajes y dimensiones de la historieta. Sophie Castille, ejecutiva del grupo editorial Dargaud (http://www.dargaud.com/), brindó Una mirada al mercado mundial de la historieta, entre historieta seriada, de género y el boom de la novela gráfica. Fabiana Andreani, doctora en Filosofía “Teoría de la lengua y del lenguaje”, analizó Aspectos sociolingüísticos del manga japonés. La historietista Keiko Ichiguchi contó su experiencia Escribiendo y dibujando. Y Paolo Rufino, doctor en Filosofía de la Goldsmiths University de Londres, diseccionó los Cuerpos de papel: El avatar en los mundos videolúdicos.



Copi


Finalmente, desde el campo específico de la lingüística, Maria Catricalá descifró Voces, ideofonías y globos: Los espacios sonoros/auditivos de la historieta; Sophie Saffi enfocó las relaciones dialécticas entre Historietas y lingüística; Francesca Dovetto profundizó el campo de las Onomatopeyas en diacronía en la historieta; y Grazia Basile disertó sobre La historieta como texto semiótico complejo. Aspectos teóricos y divulgativos.
Las jornadas estuvieron marcadas por el trabajo duro, pero también por la camaradería, el sentimiento de pertenencia y el placer de hacer lo que a uno más le gusta, en un entorno de belleza inigualable. El estudio y la distensión se fueron alternando orgánica y naturalmente, con espacios armoniosos que favorecían el intercambio de experiencias mediante numerosos brindis y abundantes cenas. El lugar ideal y el momento justo para reencontrarse con viejos amigos (Angel de la Calle, Laura Scarpa, Antonio Scuzzarella, Mario Punzo) y forjar nuevas amistades (Loris Tassi, Derek Royal, Alessandro Di Nocera, el profesor Alberto Manco, Sophie Castille).

La noche del 4 de mayo, por varios motivos, fue un momento particularmente emocionante para mí. Pude descubrir la música de Gianluca Rebuzzi, escuchando en vivo a este filósofo y poeta devenido multiinstrumentista futura promesa (o actual realidad) del escenario musical forjado en la ciudad de Bolonia. Vi disfrutar como nunca a mi hija, absorta en el baile con que este artista influido por los juglares medievales y la bossa nova inundaba el poco espacio del GM Bar. Y fui aceptado como miembro pleno de la Sagrada Hermandad del Lemoncello (fundada por Solano López en el Salón del Cómic de Lucca), entrechocando los vasos con Angel de la Calle, Antonio Scuzzarella y Cinzia Gianfelice.
Pero todo lo bueno llega a su fin. Y Procida no será la excepción. Después de un cierre pantagruélico (paella incluida), repleto de abrazos, risas y anécdotas, empezamos a despedirnos de la pequeña gran familia que supimos conseguir en estos días de playa, sol y novelas gráficas. Nos quedaba todavía un día entero para disfrutar con mi esposa y mi hija, paseando por la isla, probando esas deliciosas galletitas (dulces, ácidas y amargas al mismo tiempo) hechas con la cáscara del mejor limón del mundo, apurando algún que otro espresso gelatto, mojando los pies en las aguas del Mediterráneo (por la mañana) y en las aguas del Tirreno (por la tarde). Todo ello antes de una tranquila y deliciosa cena con Derek Royal, poblada de sabores culinarios e historietísticos, de langostas y pastas, de Trillo y Eisner, de los Breccia y los Hernández.



No es más que un hasta luego


La mañana del domingo 8 de mayo, finalmente, tuvimos que partir. De Procida a Nápoles, desandando el camino acuático del vaporetto que nos había traído hacía sólo una semana. Contentos y tristes, nos disponíamos a seguir viaje. Rumbo al Imperio. Rumbo a la ciudad que supo ser centro del Imperio y, por ende, del Universo conocido. Roma.
El aroma inconfundible de Procida, tan parecido al del lemoncello, tan parecido al de la amistad, podía sentirse cuando las siluetas coloridas, fuertes y contrastantes de las casas de los pescadores, ya habían sido tragadas por el mar.

Próxima parada: Todos los caminos conducen a El Eternauta.


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