lunes, 11 de diciembre de 2023

PANTERA NEGRA: DUELO Y DIVERSIDAD

Pantera Negra: Wakanda por siempre. Director: Ryan Coogler. Protagonistas: Letitia Wright (Shuri / Pantera Negra), Tenoch Huerta Mejía (Namor), Angela Bassett (Ramonda), Lupita Nyong’o (Nakia), Danai Gurira (Okoye), Dominique Thorne (Riri Williams / IronHeart), Michael B. Jordan (N’Jadaka / Erik “Killmonger” Stevens), Mabel Cadena (Namora), Alex Livinalli (Attuma), Martin Freeman (Everett K. Ross), Julia Louis-Dreyfus (Valentina Allegra de Fontaine), Winston Duke (M’Baku), Florence Kasumba (Ayo), Michaela Coe (Aneka) y Divine Love Konadu-Sun (Toussaint / T’Challa II), entre otros. Guionistas: Ryan Coogler y Joe Robert Cole, basado en personajes y situaciones creadas por Stan Lee, Jack Kirby, Bill Everett, Jim Steranko, Don McGregor, Rich Buckler, Gene Colan, Reginald Hudlin, John Romita Jr., Brian Michael Bendis, Mike Deodato, Kenny Martinez y Christopher Priest, entre otros, para los cómics de Marvel. Banda de sonido: Incluye el tema Lift Me Up, interpretado por Rihanna. Marvel Studios. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 10 de noviembre de 2022.


Un hálito mortuorio recorre toda la película. Lógico, la producción, la factura y el sentido de la misma pasa por atravesar el duelo que significó para actores, equipo técnico y Marvel (empresa y universo ficticio por igual), la muerte prematura de Chadwick Boseman, el Pantera Negra original de la saga multiversal. La Casa de las Ideas decidió no reemplazar al actor debajo de la máscara y, por lo tanto, el personaje también ha fallecido y también debe ser reemplazado. Una de las patas argumentales del film va a resolver esta cuestión, de la manera más predecible, esperable y obvia.


La postura geopolítica de la anterior Pantera Negra volverá a decir presente. Por un lado, en la intentona de injerencia estadounidense que sabrá cortar con la autoridad de su reinado (y la autenticidad de su presencia escénica) la inmensa Angela Bassett. Y por el otro, con la insostenible motivación tras el enfrentamiento bélico que el precolombino reino submarino de Talokan llevará a las puertas de una Wakanda ocupada por el traspaso de mando. No sé qué le habrá parecido a ustedes, pero a mi la idea de un Namor mexicano en vez de atlante se me hizo una reverenda pelotudez. Y la justificación por detrás de su nombre (un chico siN AMOR), me resultó más pelotuda todavía.


Como corresponde, la opción por la diversidad no aparece declamada sino ejercida. La cultura afroamericana lleva la prioridad, seguida muy de cerca por la latinoamericana, aunque el enfrentamiento entre las dos se me haga representativo del imperialismo norteamericano; y funcional al imaginario conservador hegemónico que el film, en apariencia, parecería atacar y condenar. El empoderamiento de las mujeres y las disidencias sexuales, en cambio, se muestra afianzado en la decisión de reemplazar el vetusto orden heteronormativo del género superheroico por nuevas e igualitarias estructuras identitarias.


Con todo esto (y no por todo esto), Pantera Negra: Wakanda por siempre (Black Panther: Wakanda Forever) se me hizo infumable. Grandilocuente al divino botón. Larga, lenta, aburrida. Enemistada con la escala humana que deberían haber impuesto las temáticas abordadas. Incapaz de generar la empatía que semejantes personajes requerían y demandaban. Casi tres horas soporíferas y mediocres, con la inclusión de una IronHeart que parece puesta sólo para no dejar caer la franquicia de Iron Man. Buenas intenciones, malas resoluciones. Otra decepción, al menos para mí.
Fernando Ariel García

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