martes, 12 de diciembre de 2023

MERLINA: ¿QUIÉN MATÓ A HARRY POTTER?

Merlina. Directores: Tim Burton, Gandja Monteiro, James Marshall. Protagonistas: Jenna Ortega (Merlina Addams), Victor Dorobantu (Dedos), Hunter Doohan (Tyler Galpin), Emma Myers (Enid Sinclair), Percy Hynes White (Xavier Thorpe), Joy Sunday (Bianca Barclay), George Farmer (Ajax Petropolus), Naomi J. Ogawa (Yoko Tanaka), Moosa Mostafa (Eugene Ottinger), Christina Ricci (Marilyn Thornhill), Gwendoline Christie (Larissa Weems), Riki Lindhome (Valerie Kinbott) y Jamie McShane (Donovan Galpin), entre otros. Participación especial de Catherine Zeta-Jones (Morticia Addams), Luis Guzmán (Homero Addams), Isaac Ordonez (Pericles Addams), George Burcea (Largo) y Fred Armisen (Tío Lucas). Guionistas: Alfred Gough y Miles Millar, Kayla Alpert, April Blair, Matt Lambert. Basado en personajes y situaciones creadas por Charles Addams. Música: Danny Elfman. Productor ejecutivo: Tim Burton. Millar Gough Ink / Tim Burton Productions / Toluca Pictures / MGM Television. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 23 de noviembre de 2022.

¿Que pasaría si Auguste Dupin tuviera que esclarecer el asesinato de Harry Potter? Probablemente, algo bastante parecido a lo que ocurre en los ocho episodios de Merlina (Wednesday), serie con la que Tim Burton recrea el universo creativo de Los Locos Addams desde su propio bagaje cultural, deudor del gótico contemporáneo, el expresionismo melancólico y una poética anclada entre la ternura y la oscuridad. Una perspectiva que, por supuesto, les cae como anillo al dedo a ambas partes; y que aquí se derramará en una narrativa visualmente exuberante y una excusa argumental efectiva aunque algo estirada.


En sintonía con el título del programa, los Addams ceden el protagonismo excluyente a Merlina, una adolescente fría, lejana y distante, incapaz de exteriorizar los sentimientos que tiene y, por lo tanto, imposibilitada de mostrar empatía hacia el otro. Tiene sus razones, por supuesto. Contestataria y rebelde; sagaz, inteligente y resolutiva, está movida por una sed de justicia que le hace potenciar las diferencias que planta frente a su familia y la sociedad. Ante la presión normativa que la presiona desde el exterior, Merlina redoblará su inadaptabilidad social hasta alcanzar el punto de más difícil retorno.


Como consecuencia, la más joven de las Addams terminará internada en un colegio pupilo, el Nevermore, cuyas aulas están pobladas por chicos y chicas especiales, con problemas de conducta: cambiaformas, licántropos, sirenas, vampiros, gorgonas, humanos con poderes telekinéticos, capaces de controlar a las abejas o de dar vida a las formas inertes de su arte. Y justo cuando llega a esta particular casa de estudios, un monstruo inasible empieza a matar estudiantes con poderes. Un caso para Merlina (obvio) y su fiel ayudante, Dedos.


Cómodamente encorsetada en el molde del policial de enigma paranormal, la serie renuncia al tono de sitcom principalmente asociado a la franquicia, para conquistar el corazón del público infantojuvenil que late con las peripecias mágicas de Harry Potter y suspira con el romance vampírico de Crepúsculo. Jugada un poco más en serio y con una mirada algo más adulta, prescinde de la comedia blanca para esgrimir el humor negro. Dentro del marco de lo fantástico, acomoda el peso de profecías, maldiciones seculares, libros malditos y sociedades secretas.


Sobre todo porque estos Addams ya no son aquellos Addams de la tele en blanco y negro, ni los Addams de las películas comandadas por el propio Burton. No porque acentúen la ascendencia mexicana de Homero, sino porque todas las excentricidades familiares que definieron la otredad de su naturaleza, pasan a ser aquí condiciones sobrehumanas bien definidas. Morticia y Merlina tienen poderes psíquicos, mientras el tío Lucas controla los flujos eléctricos. Normalizado lo anómalo, queda justificado también el enfrentamiento histórico entre los Addams y los Crackstone, familia fundadora del pueblo, cuyo líder fue un peregrino religioso dedicado a la quema de brujas.


Para el ala fanática más conservadora, la serie constituye su metanarrativa con referencias exquisitas a la serie de TV (el infaltable chasquido de los dedos), la literatura de Edgar Allan Poe (el nombre de la escuela, el cuervo, las estrategias deductivas de Auguste Dupin), la Carrie de Stephen King; y el propio Burtonverso (de Batman a Beetlejuice, pasando por la incorporación de Christina Ricci, Merlina en las películas de Los Locos Addams). Los recién llegados (como mi hija de 15 años) pasarán por encima de tanta cita para caer rendidos a los pies de esta estudiantina dark y adolescente, viralizando el baile de Merlina con la música de The Cramps. Los Locos Addams del futuro ya están entre nosotros. Habrá segunda temporada.
Fernando Ariel García

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