viernes, 22 de diciembre de 2023

CRIMEN: LA INOCENCIA ES UNA ETAPA TRANSITORIA

Crimen. El Jubilado y otras historias de rendición. Guiones: Guido Barsi. Dibujos y portada: Santiago Miret. Noir Ediciones. Argentina, octubre de 2023.


Un policía veterano, con el rostro de Bruce Willis, a punto de jubilarse. Un ex-boxeador metido a detective privado. Un marido atrapado en un pacto tenebroso y siniestro. Los tres protagonistas de los tres relatos cincelados con dedicación y detalle por Guido Barsi y Santiago Miret en este álbum abismal y desangelado, como la vertiente del policial al que adscribe.


Los autores saben que la novela negra le cabe a la Argentina como anillo al dedo. La rendición a la que alude el subtítulo, al igual que la redención a la que parecen aspirar los personajes, traza el círculo de baba y sangre que estas pequeñas tragedias reclaman y exigen. Dramas humanos de corte íntimo y vuelo bajo, aunque se la pasen coqueteando con fuerzas humanas (y sobrehumanas) mucho más allá de su alcance y control.


Episodios de época y contemporáneos, básicamente urbanos y sórdidos, donde el amor y la violencia copulan libremente con el placer y la muerte. El universo de Crimen. El Jubilado y otras historias de rendición está habitado por canas y dealers, idealistas y corruptos, víctimas y victimarios del sistema, aunque nunca termine de quedar en claro quién es quién. Sobre todo porque la irrupción de la Mujer, siempre, termina desencadenando la venganza y el vertiginoso salto a la traición.


Apelando a una poesía sórdida y marginal, oscura y desencantada, Barsi y Miret dividen las aguas entre el delito y el crimen, entre el hecho fáctico y la coyuntura ético-moral que lo promueve y concreta. Pareciera que no les importa tanto hablar de lo que pasa (o de como se lo lea), sino de la experiencia íntima que implica ese tránsito. Una aproximación fenomenológica a la precariedad emocional que revela los horrores de una sociedad, medida a través de los deseos individuales. El verdadero poder de estas narraciones, entonces, queda colocado en los imaginarios que se juegan, en la carga simbólica que destilan, en el claroscuro que ponen sobre la mesa. Como si uno tuviera acceso al eco existencialista que reverbera detrás de las decisiones que se toman en estas páginas. Y escuchara, atónito, la demoledora confesión del trauma: La inocencia es sólo una etapa transitoria.
Fernando Ariel García

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