viernes, 1 de diciembre de 2023

CADÁVERES: ¿AUTOCRACIA UTÓPICA O DEMOCRACIA DISTÓPICA?

Cadáveres. Directores: Marco Kreuzpaintner, Haolu Wang. Protagonistas: Jacob Fortune-Lloyd (Karl Weissman), Shira Haas (Iris Maplewood), Amaka Okafor (Shahara Hasan), Kyle Soller (Alfred Hillinghead), Greta Scacchi (Lady Polly Harker), Tom Mothersdale (Gabriel Defoe), Michael Jibson (Danny Barber), Stephen Graham (Elias Mannix adulto / Sir Julian Harker), Derek Riddell (Calloway), George Parker (Henry Ashe), Gabriel Howell (Elias Mannix joven), Synnøve Karlsen (Polly Hillinghead) y Amy Manson (Charlotte Hillinghead), entre otros. Guionistas: Paul Tomalin, Danusia Samal. Basado en el cómic Bodies (2014-2015), de Si Spencer (guion), Meghan Hetrick, Dean Ormston, Tula Lotay, Phil Winslade (dibujos). Desarrollador audiovisual: Paul Tomalin. Reino Unido, 2023. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 19 de octubre de 2023.


Longharvest Lane. Calle ficticia del real barrio londinense de Whitechapel, famoso por ser el teatro de operaciones de Jack el Destripador. El cadáver desnudo de un hombre yace sobre los adoquines del lugar. Murió de un balazo en el ojo, aunque el proyectil no se encuentre dentro de su cabeza sin orificio de salida; y la única pista aparente sea el extraño tatuaje que tiene en su muñeca. No es lo único fuera de lo normal, por supuesto. Los protagonistas (todavía) no lo saben, pero el mismo cuerpo aparecerá, en idénticas circunstancias, en el mismo lugar, en cuatro años distintos: 1890, 1941, 2023 y 2053.


¿Cómo es posible algo así? Hilvanando los discursos temporales, la verdad se irá abriendo paso gracias al involuntario trabajo mancomunado de los cuatro policías, que además de un caso en común también comparten su condición de minorías con distintos grados de discriminación social: Alfred Hillinghead (1890), homosexual que oculta su identidad al mundo tras una fachada familiar que vive con tanto amor como culpa; Karl Weissman (1941), judío que en épocas de la Segunda Guerra Mundial fluctúa ente los bombardeos nazis y el antisemitismo de sus compañeros; Shahara Hasan (2023), afromusulmana que debe intervenir en manifestaciones callejeras de la derecha más radicalizada; e Iris Maplewood (2053), discapacitada motriz que puede caminar gracias al implante tecnológico que sigue pagando con su lealtad inquebrantable al poder político de turno.


Después de ver los ocho capítulos, queda claro que la fobia a la otredad que impregna la serie no es el tema principal de la trama, sino la herramienta narrativa necesaria para articular el leitmotiv ideológico en permanente cuestión (y tensión). ¿Qué tipo de sociedad estamos dispuestos a construir? Una autocracia utópica, cuya perfección nos termine sometiendo al totalitario reinado del discurso único; o una democracia distópica, que nos permita ejercer nuestra libertad de opción y conciencia, aunque eso se traduzca también en expresiones intolerantes, estigmatizantes y hasta fascistas. Lo interesante es que los personajes no discuten estas posibilidades, sino que las vivencian en tiempo real. Y Cadáveres (Bodies) no se ocupa de juzgarlos, sino de representarlos con todas sus contradicciones a flor de piel. O eso me pareció.


El marco policial, por razones obvias, nunca desaparece. Pero con el correr de los episodios empieza a ser impregnado por algunos tópicos clásicos de la ciencia-ficción. Y mientras los árboles genealógicos de los protagonistas se cruzan de maneras misteriosas e imprevisibles, tomamos conocimiento de un culto ocultista y oprobiso, un apocalipsis aparentemente inevitable y una cultura supremacista enquistada en la naturaleza humana. Tres variables consumadas y consumidas en el eslogan que cruza las eras y sostiene la conspiración centenaria que cuenta la serie: Eres digno de Amor.
Fernando Ariel García

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