miércoles, 11 de julio de 2018

RASCACIELOS: ¿CINE CATÁSTROFE O CATÁSTROFE CINEMATOGRÁFICA?

Rascacielos. Rescate en las alturas. Director: Rawson Marshall Thurber. Protagonistas: Dwayne Johnson, Neve Campbell, Chin Han, Roland Møller, Pablo Schreiber, Noah Taylor, Hannah Quinlivan, Matt O'Leary, Byron Mann, McKenna Roberts, Noah Cottrell, Kevin Rankin, Adrian Holmes yTzi Ma, entre otros. Guión: Rawson Marshall Thurber. Legendary Entertainment / Flynn Picture Company / Seven Bucks Productions. EE.UU., 2018. Estreno en la Argentina: 12 de julio de 2018. 

La primera vez que vi Infierno en la torre fue en las páginas del D’artagnan. Como era menor de edad y no me habían dejado entrar al cine, me tuve que conformar leyéndola en quince apuradísimas páginas a todo color. Aun así, cercenada a diestra y siniestra y con unos dibujos que no se parecían en nada a los de Columba, la película me partió el balero. Me llenó de adrenalina y miedo, me entretuvo y me tuvo agarrado intentando adivinar quién iba a salir con vida del edificio. Y quién no. 


Allí nació para mí el cine catástrofe. Después me llegaron La aventura del Poseidón y Terremoto, con las cuales caí rendido a los pies del género. Ya más grande, escuché en la radio a un crítico que, muy atinadamente, dijo algo así: “El peligro del cine catástrofe es que termine perdiendo de vista la escala humana del relato. Que, enamorado de los efectos especiales, ponga la catástrofe en el centro de la historia y no la utilice como marco referencial en donde narrar una buena historia. Si algo así llega a pasar, más que de cine catástrofe vamos a tener que hablar de una catástrofe cinematográfica”. 


Un buen par de décadas después, Rascacielos. Rescate en las alturas (Skyscrapper) corrobora la peor parte de la premonición de aquel crítico. La película es una pavada, llena de lugares comunes que hacen agua por todos lados. Una mezcla berreta de Infierno en la torre y Duro de matar ambientada en Hong Kong, dentro y fuera del edificio más grande del mundo, con algunas venganzas entre medio, unos negocios sucios que nadie quiere ventilar y una maniquea mirada paternalista que termina erigiendo a un marine norteamericano en el nuevo héroe chino. 


Cuanto más alto subís, más grande es la caída. Y más fuerte el porrazo que te pegás, dicen en el barrio. Rascacielos no es cine catástrofe, es una verdadera catástrofe cinematográfica. 
Fernando Ariel García

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