No dormirás. Director: Gustavo Hernández. Protagonistas: Belén Rueda, Eva De Dominici, Natalia de Molina, Eugenia Tobal, Juan Manuel Guilera, Germán Palacios, y Susana Hornos, entre otros. Guión: Juma Fodde. Pampa Films / Gloriamundi Producciones / White Films AIE / Bowfinger International Pictures / Tandem Films / Mother Superior / Tieless Media. Argentina / Uruguay / España, 2017. Estreno en la Argentina: 11 de enero de 2018.
Al igual que el crepúsculo que existe entre la luz y la sombra, hay en la mente una zona desconocida en la cual todo es posible. Podría llamársele la dimensión de la imaginación, una dimensión desconocida en donde nacen sucesos y cosas extraordinarias como los que ahora vamos a ver. ¿Que no es posible? Todo es posible en el reinado de la mente, todo es posible en la Dimensión Desconocida.
Palabras más palabras menos, así solía presentar Rod Serling cada uno de los episodios de la serie televisiva The Twilight Zone, conocida entre nosotros como Dimensión Desconocida, un título mucho menos poético y sugerente que la zona crepuscular a la que alude el inglés original. No sé si estaba en los planes del director Gustavo Hernández jugar con los imaginarios fronterizos que ponía a rodar Serling en cada emisión, pero la exploración de las consecuencias mentales que el insomnio produce en los seres humanos, me linkeó directamente con el incombustible clásico catódico.
Quizá porque No dormirás se mueve con cierta comodidad en ese interregno gris que va entre la cordura y la locura, entre la realidad y el sueño, entre la vida y la muerte. Después de todo, esa es la premisa básica de la película. La manipulación de los sentidos del espectador para que éste no sepa nunca qué es lo que de verdad está pasando entre las paredes de ese hospital psiquiátrico abandonado (notable aprovechamiento visual de la estructura edilicia del Hogar de Niñas Boado de Garrigós, en el porteño barrio de La Paternal), donde una despótica y desalmada directora de teatro prepara el montaje de una puesta teatral llevando a sus actores a cruzar los umbrales de la percepción manteniéndolos despiertos. Más allá de la tolerancia humana, claro está.
A diferencia de la Dimensión Desconocida de Serling, el terror aquí no funciona como metáfora de ninguna situación política o social fogoneada por la paranoia. Más bien está pensado y desarrollado como una cuestión epidérmica de incomodidad, ahogo, desasosiego, desplegada para ocultar (y finalmente explicar) quién es el verdadero titiritero de la función. Y hasta dónde está decidido a llegar con el tironeo de las cuerdas.
Rica en detalles simbólicos, sutilmente brutal al momento de transitar los lugares comunes del cine de género contemporáneo, la película avanza de susto en susto, sin mantener la tensión nerviosa que por momentos logra construir y exponer con una imaginería visual deslumbrante y una narrativa inquieta y fluida. Con (casi) todo a favor, sin embargo, no me terminó de cerrar. Algunas actuaciones que desentonan, aquel desvío que no suma, un par de resignificaciones que no llegan a colmar las expectativas que el mismo filme había generado, el lastre de minutos que sólo alargan el metraje.
No dormirás está bien, pero se me hace que podría haber estado mejor. Contaba con la materia prima y el talento para elaborarla. Será que los años pasados entre Serling y Hernández recortaron las capacidades de esa zona crepuscular, donde ya no todo es posible.
Fernando Ariel García
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