jueves, 10 de febrero de 2022

MUERTE EN EL NILO: CRIMEN Y CASTIGO

Muerte en el Nilo. Director: Kenneth Branagh. Protagonistas: Kenneth Branagh (Hercule Poirot), Tom Bateman (Bouc), Annette Bening, Russell Brand, Ali Fazal, Dawn French, Gal Gadot, Armie Hammer, Rose Leslie, Emma Mackey, Sophie Okonedo, Jennifer Saunders, Letitia Wright y Ann Turkel, entre otros. Guionista: Michael Green, basado en la novela homónima (1937) de Agatha Christie. Productores: Ridley Scott y Kenneth Branagh, entre otros. Kinberg Genre / The Mark Gordon Company / Scott Free Productions / TSG Entertainment. Reino Unido / EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 10 de febrero de 2022.


Segunda ronda de Kenneth Branagh al frente de Hercule Poirot y detrás de cámaras. Y uno ya puede decir, casi sin miedo a equivocarse, que la cosa va de saga interconectada. Que la idea parece ser la de ir armando, poco a poquito, el actual Universo Cinematográfico de Agatha Christie. No porque se lo vaya a cruzar con Miss Marple o el matrimonio de Tommy y Tuppence Beresford (¿o sí?), sino porque entre las deducciones necesarias para resolver el crimen de turno, las películas van completando el rompecabezas de la historia personal de Poirot, llenando (en este caso puntual) algunos íntimos casilleros vacíos que había mostrado (y escondido) durante aquel Asesinato en el Expreso de Oriente.


Entre delito y delito, saltando del tren al barco, Branagh continúa su proceso de humanización del vanidoso (y ahora inclusivo) Poirot, haciendo que su cerebro ubique los hechos en el orden preciso y correcto, pero dejando que su corazón le ayude a entender las pulsiones oscuras que mueven los hilos de las personas. Rasqueteando el fondo de los tarros que son las otras novelas y cuentos del brillante detective, la pantalla articula escenas del pasado de Poirot durante la Primera Guerra mundial, que sirven para definir al personaje ante quien no lo conoce, contar el origen de su icónico bigotazo; y explicitar la vulnerabilidad emocional que tapa con su pátina de infalible detective.

Sí, lo que suena es una versión remixada de Policy of Trust, de Depeche Mode

Buscando ser fiel pero no fidedigna a la fuente literaria original, Muerte en el Nilo (Death on the Nile) cae en la misma trampa que no pudo resolver Asesinato… Compone pequeñas modificaciones cosméticas porque el giro del final es intocable, anulando el efecto sorpresa en todo aquel que sepa de qué va la trama por haber leído el libro o visto la película de 1978. Pero se las arregla, bastante bien, para interesar a la platea con el desarrollo del mientras tanto, agregando un par de blues (interpretados por Sister Rosetta Tharpe) con la espalda suficiente para bancar el resto de la travesía.


En donde suma algunos puntos es gracias al debate moral que plantea entre el decir y el hacer, el ser y el parecer, la verdad y la mentira, el Bien y el Mal, borroneándoles sus conceptos absolutistas para conjugarlos en carne y hueso, en acciones concretas y palpables. En vínculos sinceros e interesados entre las partes. Como los que se tejen a bordo de ese fastuoso crucero para la alta sociedad, con un crimen que ata para siempre al asesino con la víctima; y un castigo común que sobreviene para vivos y muertos: El amor.
Fernando Ariel García

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