jueves, 22 de septiembre de 2022

NO TE PREOCUPES CARIÑO: UTOPÍA MENTIROSA

No te preocupes cariño. Directora: Olivia Wilde. Protagonistas: Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Gemma Chan, KiKi Layne, Nick Kroll y Chris Pine, entre otros. Guionista: Katie Silberman, sobre una historia de Carey Van Dyke, Shane Van Dyke y Katie Silberman. Coreógrafa: Denna Thomsen. New Line Cinema / Vertigo Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 22 de septiembre de 2022.


La verdad, no sé por qué le cayeron tan fuerte a la nueva película de Olivia Wilde. Tampoco entiendo por qué le prestan tanta atención a la (buena o mala) química que hayan podido tener en el set Florence Pugh y Harry Styles. No te preocupes cariño (Don't Worry Darling) tiene suficientes méritos para que se hable más de la obra y menos de sus chusmeríos circunstanciales. Y las falencias actorales de Styles las cubre (con creces) Pugh, sobre cuyas espaldas recae el peso melodramático de la trama. Tal vez, la decisión más acertada que haya tomado el film, desde el punto de vista creativo.


Lo que sí me hizo ruido es la resolución elegida, mucho más cercana a la ciencia-ficción que al thriller psicológico que había venido rigiendo el metraje. No vamos a spoilear nada, porque la película se encarga de mantener el suspenso y la duda todo lo que puede. Y lo logra hasta que elige empezar a cerrar la historia, un misterio que (sabemos desde el principio) la emparenta a The Truman Show y, en menor medida, a Matrix. Sobre todo, en su capacidad para cuestionar (y cuestionarse) la idea misma de realidad en un ecosistema donde manda la imposición y la mentira.


Estamos en los años ’50, en medio del experimento urbano denominado Proyecto Victoria, idílico enclave montado en medio del desierto más áspero de los EE.UU. Como corresponde a la época, ese paraíso machista es algo más siniestro y grande que la contracara del infierno feminista. Aunque la complejidad de la estructura cultural termine debatiendo si la inhibición del libre albedrio es una potestad exclusivamente masculina, en esos años y en cualquier otro. El control y la sumisión son parte indisoluble de este extraño proyecto que tiene a los hombres trabajando para mantener el nivel consumista de las mujeres. Y queda evidenciado desde el arranque que aquello que se oculta es más decisivo que todo lo que se exhibe.


Parábola sobre la violencia de género (simbólica y real, concreta y discursiva), las dudas que empiezan a crecer dentro del personaje que interpreta Florence Pugh, son las que irán corriendo los velos de la farsa, desarmando las máscaras de la mentira, iluminando el camino del conocimiento hasta que la verdad marque un inevitable punto y aparte en aquella distopía maquillada de utopía. Y en esa relación que parecía perfecta, armoniosa y feliz. El amor, cuando construye una cárcel, no es amor. Sólo la cáscara de una burbuja idealizada. Y las burbujas, lo sabemos todos, nacieron para explotar.
Fernando Ariel García

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