miércoles, 22 de diciembre de 2021

MATRIX. RESURRECCIONES: MENTIRA LA VERDAD

Matrix. Resurrecciones. Directora: Lana Wachowski. Protagonistas: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Yahya Abdul-Mateen II, Jessica Henwick, Jonathan Groff, Neil Patrick Harris, Priyanka Chopra Jonas, Jada Pinkett Smith, Lambert Wilson y Daniel Bernhardt, entre otros. Guionistas: Lana Wachowski, David Mitchell y Aleksandar Hemon, basado en personajes y situaciones creadas por las hermanas Wachowski. Village Roadshow Pictures / Venus Castina Productions. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 22 de diciembre de 2021. Disponible en HBO max desde el 28 de enero de 2022.


Déjà vu. O ya visto, en francés. Se suele utilizar esta frase hecha para definir el extraño fenómeno de tener la sensación de estar viviendo una situación o una experiencia puntual que ya se ha vivido o experimentado en el pasado. En Matrix. Resurrecciones (The Matrix. Resurrections), la directora Lana Wachowski va un paso más allá; y la convierte en un juego de espejos simbólico que define y motoriza el conflicto entre los personajes principales y el concepto identitario de la Matrix. Un diálogo de paralelismos y divergencias entre la trilogía original y esta cuarta película.


Porque, hay que decir la verdad, Wachowski consiguió lo que, a priori, parecía imposible. Una película que sea una secuela y un relanzamiento y, al mismo tiempo, no sea ni una secuela ni un relanzamiento. Sino algo mucho más complejo y atractivo, un artefacto de relojería metanarrativo donde, como corresponde al espíritu de la saga, la acción y la reflexión van de la mano, a ambos lados de la pantalla. Porque vuelve a clavar la duda existencial en el lugar indicado, en el momento justo. ¿Qué es la realidad? ¿Lo que estamos viviendo o lo que creemos que estamos viviendo?


Equilibrada fusión entre el cyberpunk y la filosofía, Alicia en el país de las maravillas y los cómics de superhéroes, las películas occidentales de acción, la estética animé y las peleas coreografiadas al estilo del cine chino de artes marciales. Mientras va siendo todo eso, Resurrecciones también es una historia de amor. Y el afilado análisis del lugar que la saga de Matrix ocupa en el imaginario mundial; poniendo en el tapete cómo las corporaciones pretenden alimentarse de la energía vital de la (tal vez) ficción audiovisual más importante de los últimos veinte años, por su impacto en la vida cotidiana de las personas y en la industria global del entretenimiento.


Y como si todo esto no fuera suficiente, Wachowski sumó a su discurso cinematográfico un fuerte contenido político en contra de la hegemónica concepción binaria de la existencia. No se trata sólo de celebrar la libertad individual traducida en identidad de género. Sino de entender que los mandatos familiares, sociales y culturales también forman parte de las estrategias de sometimiento humano que la Matrix utiliza sin compasión ni remordimientos.


De más está decirlo, Resurrecciones está lejos de ser una película perfecta, pero es una obra inteligente e inquietante. Mejor dicho, es inteligente por lo inquietante. Y por eso, creo, vale la pena verla. Quédense hasta el final. No es un tanque fílmico de Marvel o DC, pero tiene escena post-créditos.
Fernando Ariel García

No hay comentarios:

Publicar un comentario