jueves, 1 de agosto de 2013

LOS PITUFOS 2: ESTOY AZULADO

Los Pitufos 2. Director: Raja Gosnell. Protagonistas: Hank Azaria (Gargamel), Neil Patrick Harris (Patrick Winslow), Jayma Mays (Grace Winslow) y Jacob Tremblay (Azul Winslow). Voces (version original): Jonathan Winters (Papá Pitufo), Katy Perry (Pitufina), Alan Cumming (Pitufo Valiente), Fred Armisen (Pitufo Filósofo), Anton Yelchin (Pitufo Tontín), George Lopez (Pitufo Gruñón), John Oliver (Pitufo Vanidoso), Mario Lopez (Pitufo Social), Tom Kane (Pitufo Narrador), Paul Reubens (Pitufo Bromista), Shaquille O’Neal (Pitufo Suave), Gary Basaraba (Pitufo Fortachón), Kenan Thompson (Pitufo Goloso), Frank Welker (Azrael), Christina Ricci (Vexy) y J. B. Smoove (Hackus), entre otros. Canción de créditos finales: Britney Spears. Guionistas: J. David Stem, David N. Weiss, Jay Scherick y David Ronn, en base a los personajes y situaciones del cómic Les Schtroumpfs de Peyo. Sony / Kerner Entertainment Company. EE.UU., 2013. 

Tengo una hija de cinco años. Eso quiere decir que, en estos últimos tres (por lo menos) mi cuerpo y mi intelecto han transitado por un amplio abanico de obras de teatro/películas/libros, pensados y llevados a cabo para el público menudo. Y si bien no es mi intención hacer comparaciones odiosas (¿aunque hay alguna que no lo sea?), en este periplo he descubierto (y redescubierto) valiosos universos creativos que expanden la mirada de los niños, estimulan su curiosidad, alimentan su sensibilidad desde el lado lúdico de la vida. Y también he descubierto (y redescubierto) innecesarios productos que los tratan como si fueran tontos en vez de chicos, cortando sus alas aglomerando diminutivos sin ton ni son, como si alcanzara con hablar en ito para representar la rica complejidad de la niñez.


Dicho esto, si a Les Schtroumpfs de Peyo le cabe el título grande de Los Pitufos, a esta Los Pitufos 2 (The Smurfs 2, 2013), le correspondería el mote de Los Pitufitos 2. Aburrida (¿cómo se logra que París sea aburrida, por Dios?), intrascendente, hueca, fallida, insípida, de vuelo bajo, sufrida, tonta, esta película tiene una sóla razón de ser: Aprovechar el éxito comercial de la primera parte para llenar la pantalla con una nueva raza de Pitufos grises, pretendidamente darks, urbanos y contemporáneos, que podrían llegar a entenderse como una versión adolescente de los enanos azules oriundos de Bélgica.


Repitiendo la premisa de Los Pitufos (2011), la acción (es una forma de decir, que quede claro) arranca en el mágico mundo de los Pitufos y, más rápido que tarde, salta a las calles de París para intentar tejer una trama que contenga, con un mínimo nivel de coherencia, el secuestro de la Pitufina y los malévolos planes de Gargamel (el enorme Hank Azaria, lo único bueno que puede verse en la pantalla). Nada más. A menos que consideremos como algo a tener en cuenta la incorporación de un Pitufo adicto a las redes sociales (bautizado, obviamente, Pitufo Social) o la intrascendente participación de la humana familia Winslow.


Y como todo (siempre) puede empeorar, Los Pitufos 3 ya está confirmada para 2015. Ojalá se haga justicia y Gargamel termine matando a todos estos bichitos insufribles. Estoy azulado, pero de bronca. 
Fernando Ariel García

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