lunes, 25 de enero de 2016

BONE MACHINE: PALABRAS E IMÁGENES ENGARZADAS COMO JOYAS

Bone Machine (Hunter of Books) vol. 1. Guión: Diego Cortés. Arte: Nicolás Brondo. Portada: Nicolás Brondo. 100 páginas a color. Llanto de Mudo. ISBN: 978-987-1883-94-3. Argentina, julio de 2014. 

Imaginen un futuro tipo Mad Max. Sucio y resplandeciente, lacerante y doloroso. Poblado por mutantes, caníbales y pandillas salvajes. En este desierto abandonado por la esperanza, lo más valioso, lo más buscado junto con el agua y la comida, son los libros. ¿Curioso, no? En un lugar donde casi nadie sabe leer, algunos elegidos consiguen y coleccionan libros. Porque aún en la decadencia post-apocalíptica, este mundo continúa perpetuando la división entre poderosos y oprimidos. Y los primeros saben que los libros siguen siendo el soporte principal para el tráfico de conocimiento, de ideas, de entretenimiento. 


Imaginen que del segundo grupo surge un líder natural y carismático, un sensible artilugio de matar, un chamán óseo. Alguien que, tras clavarse el hueso de un muerto en la frente, puede hablar con el difunto o apropiarse de alguna de sus capacidades. De ahí que aquellos que lo conocen lo llamen Máquina de Huesos o Bone Machine (que viene a ser lo mismo, pero en inglés). Y da la casualidad (o causalidad) que este Bone Machine es muy bueno en lo suyo. Y lo suyo es, por sobre todas las cosas, cazar libros. Sus manos (y sus mañas) han recolectado diversos Borges, Melville, Philip K. Dick, William Gibson, Alan Moore y Dave Gibbons, William Burroughs, Lovecraft, Vonnegut, Kerouac, Celine, Bukowski, Poe, Golding. Pero ahora, su contratista aneronado le pide ir más allá. Le ha encargado encontrar un escritor. Vivo. 


Imaginen que, en el medio de todo este lío, una sociedad secreta lleva su propia agenda. Es una cofradía de críticos literarios, guardianes celosos de la Biblioteca vedada a los no iniciados. Ciegos por elección, quieren los libros sólo para ellos. Editores de facto del saber humano, no son otra cosa que censores. Con recursos para hacer lo que quieran, cómo quieran, dónde quieran, a quién quieran. Han autoasumido el poder para decidir el canon; y por ello salen a cazar escritores. 


Ahora no imaginen más. Porque lo que sigue ya lo han imaginado (y concretado) Diego Cortés (1976-2015) y Nicolás Brondo. Este primer volumen de Bone Machine (Hunter of Books), pone la mente, el corazón y la lengua a rodar. En una poesía triste, una épica pírrica redimida por la historia de amor entre tres que son dos y terminan siendo más que tres. La metáfora del poder esperanzador de la ficción, del carácter curativo que carga la palabra impresa, de su capacidad para metamorfosear hombres y cosas, mejorándolas siempre.


Como los libros que ha ido recuperando Bone Machine, Bone Machine es un libro que plantea problemas e intenta generar soluciones. Tiene más preguntas para hacernos que respuestas para darnos, por lo cual termina (o empieza) estimulándonos a pensar. Y lo hace con los instrumentos más nobles que nos pueda brindar el arte. Palabras e imágenes engarzadas como joyas. Frágiles y potentes, efímeras y eternas. Que han decantado en vida. Y ha sido puesta a nuestro servicio. 
Un regalo así hay que cuidarlo mucho. 
Fernando Ariel García

No hay comentarios:

Publicar un comentario