lunes, 16 de junio de 2014

MALANDRAS: BOMBAS SOBRE BUENOS AIRES

Malandras (Colección ReLecturas Nº 2). Guión: Rodolfo Santullo. Dibujos: Dante Ginevra. Portada: Dante Ginevra. 96 páginas en blanco y negro. Historieteca Editorial. ISBN: 978-987-25491-6-9. Argentina, junio de 2014.

Cristo Vence. Bajo esta consigna, un día como hoy de 1955, los aviones de la Marina de Guerra argentina tuvieron su bautismo de fuego. Y lo hicieron ametrallando a su propio pueblo, sembrando de bombas, sangre y muerte la Ciudad de Buenos Aires. Los blancos elegidos por los militares fueron varios (la Casa Rosada, la CGT y la residencia presidencial), pero el epicentro quedó concentrado sobre la Plaza de Mayo y sus zonas aledañas, porque allí está la sede del Poder Ejecutivo Nacional y porque el propósito final del brutal ataque genocida era derrocar al Gobierno constitucional y asesinar al presidente Juan Domingo Perón. ¿El saldo? Más de 350 civiles muertos y arriba de 700 heridos de diferente gravedad; un Golpe de Estado frustrado, que sólo logrará concretarse tres meses después, con la toma del Estado por parte de la Revolución Libertadora, que poco tenía de revolución y nada de libertadora.


Haciendo un ejercicio de brutal reducción histórica, podríamos decir que la principal razón tras el fracaso de la intentona golpista es que Perón no estaba en la Casa Rosada, con lo cual el efecto sorpresa del ataque no pudo degenerarse en magnicidio. ¿Por qué Perón  no estaba en la Casa Rosada? De acuerdo con algunos historiadores, su ministro de Guerra, el general Franklin Lucero, habría sido informado de las maniobras destituyentes con el tiempo justo y pudo organizar, además de la salida del Presidente, la resistencia armada que repelió con éxito a los criminales. Ahora bien, ¿cómo se enteró Lucero de estas maniobras destituyentes?


Este hueco en la información es el que cubren con ficción histórica (de sólidas bases investigativas) Rodolfo Santullo y Dante Ginevra en Malandras, negro sainete policial signado por las fuerzas del amor y la venganza, de la lealtad y la traición, traqueteando los adoquines del viejo Mataderos mientras enhebran la cocina del complot y los avatares personales de los personajes. Fresco político y social que apuesta al poder de la movilización popular (voluntaria e involuntaria) para marcar el rumbo de los acontecimientos, aunque el ritmo acelerado de esos hechos termine produciendo ondas que, como en las aguas de un profundo río, irán abriendo sus fauces circulares hacia adelante. Sin prisa y sin pausa. 


La tesis de Malandras pasa por la enconada lucha entre el bajo fondo que se subleva y los gorilas sublevados. De un lado, la precaria asociación de punguistas, tangueros melancólicos, malevos de justiciero cuchillo, putas caritativas, policías corruptos, militares leales y anónimos feligreses de bodegón (entre los que puede reconocerse a un joven Alberto Breccia en las páginas de un capítulo), que reivindican su condición de peronistas a voz en cuello o mediante la toma de decisiones. Y del otro, cocinando el complot al amparo de las sombras, mafiosos y militares gorilas (entre los que puede reconocerse a un joven y omnipresente Emilio Eduardo Massera, nombrado por su apellido en los bocetos pero anónimo en la versión final), reivindicando su condición de asesinos, nunca a voz en cuello y siempre mediante la toma de decisiones.

Un joven Alberto Breccia

Sorteando una imposición editorial que el buen hacer de Santullo y Ginevra transformó de limitante en efecto potenciador de los puntos fuertes de la narrativa, Malandras apareció en la nueva Fierro como una serie de (cada vez más) concatenados episodios unitarios con personajes recurrentes, ambientación y atmósfera similares que, al leerse de un tirón (junto con los dos episodios inéditos que agrega esta edición, es cierto), alcanza a mostrar la sutileza de algunos engranajes que la lectura seriada obligaba a dejar por el camino, como el recorrido histórico, dramático y geográfico que los protagonistas transitan de las periferias al centro, de Mataderos a la Plaza de Mayo, del quilombo al kilombo, de las pequeñas grandes historias a la Historia Grande, del drama inenarrable a la tragedia que hace falta seguir contando. Siempre.
Fernando Ariel García

Bonus Track:

Mural de El Niño Rodríguez para la muestra Una patria de diez plazas, que acompañó la presentación del libro La patria dibujada durante los festejos del Bicentenario

Dibujo de El Tomi, para la sección Efemérides de hoy del sitio web de Télam

Única portada de Fierro dedicada a Malandras

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