miércoles, 15 de enero de 2014

EL JUEGO DE ENDER: MESSI, JUSTIN BIEBER Y LA ANIQUILACIÓN PREVENTIVA DE LA NIÑEZ

El juego de Ender. Director: Gavin Hood. Protagonistas: Harrison Ford, Ben Kingsley, Asa Butterfield, Hailee Steinfeld, Abigail Breslin y Viola Davis, entre otros. Guionista: Gavin Hood, basado en la novela homónima de Orson Scott Card. Summit Entertainment / OddLot Entertainment / Chartoff Productions. EE.UU., 2013.

Un chico rosarino, con capacidades innatas para jugar a la pelota, velocidad mental para adelantarse a los movimientos del rival, picar en punta y marear a todos con su gambeta endemoniada. Un chico canadiense, con aspiraciones musicales y talento para aprender, de manera autodidacta, a tocar el piano, la guitarra, la batería y la trompeta. Un chico norteamericano, lo suficientemente agresivo y lo necesariamente empático para desarrollar estrategias militares exitosas, aún bajo la presión más extema que pueda ejercer el paroxismo de la batalla.


¿Qué tienen en común Lionel Messi, Justin Bieber y Andrew “Ender” Wiggin? Que los tres fueron formateados para ser los mejores del mundo en sus incumbencias. Apropiados, a muy temprana edad, por el Fútbol Club Barcelona, un ejecutivo del mundo de la música o las Fuerzas Armadas de una Tierra post-apocalíptica a punto de ser (re)invadida por sus peores enemigos, resultaron impúdicamente intervenidos por tecnologías de punta, devorados por sus respectivos Saturnos goyescos y vomitados sobre el atril de la gloria. Para ser reverenciados, admirados y hasta envidiados por sus pares en notoria condición de inferioridad.


Es cierto que el fútbol, como deporte, espectáculo y negocio, no sería el mismo sin una figura superdotada como la de Messi. Que la industria musical no conciliaría la atención del mercado adolescente sin un nombre convocante como el de Bieber. Que la Tierra de El juego de Ender (Ender’s Game, 2013) podría llegar a desaparecer del mapa universal si Ender no descifra la matriz de pensamiento del invasor para poder aniquilarlo. Pero, la verdad, no creo que el fin justifique los medios. ¿Alguien le prestó atención a los rostros de Messi, Bieber y Ender? ¿Vieron algo además de apatía, desconcierto y furia? A los tres se les interrumpió programáticamente su niñez, se les aniquiló preventivamente la capacidad infantil para la felicidad.


Glorificación del militarismo tramontano, de cualquier tipo de violencia institucional, del bullying y el genocidio, la película de Gavin Hood adapta la homónima novela de Orson Scott Card, verdadero clásico de la literatura fantacientífica; y lo plasma en imágenes bonitas y logradas actuaciones de Harrison Ford, Ben Kingsley y Asa Ender Butterfield, sacándole rédito al paralelismo no forzado entre la soledad existencial de los personajes y el inmenso vacío del espacio exterior. Aunque nada, ni aún la redención final, pueda corregir el daño hecho.
Fernando Ariel García

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