martes, 3 de mayo de 2022

DOCTOR STRANGE EN EL MULTIVERSO DE LA LOCURA: EL HORROR TIENE CARA DE MUJER

Doctor Strange en el Multiverso de la locura. Director: Sam Raimi. Protagonistas: Benedict Cumberbatch (Doctor Stephen Strange), Elizabeth Olsen (Wanda Maximoff / Bruja Escarlata), Chiwetel Ejiofor (Karl Mordo), Benedict Wong (Wong), Xochitl Gomez (America Chavez) y Rachel McAdams (Christine Palmer), entre otros. Participación especial de Julian Hilliard (Billy), Jett Klyne (Tommy) y Bruce Campbell. Guionista: Michael Waldron, basado en personajes y situaciones creados por Stan Lee, Steve Ditko, Jack Kirby, Joe Casey y Nick Dragotta, entre otros, para diversos cómics de Marvel.  Marvel Studios. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 5 de mayo de 2022.


No voy a confirmar ni a desmentir nada. ¿Aparece Tom Cruise como el Superior Iron Man? ¿Patrick Stewart como el Profesor X? ¿Teyonah Parris como la versión Monica Rambeau de la Capitana Marvel? ¿Hayley Atwell como la Capitana Carter? ¿Charlize Theron como Clea? ¿Debutan en el Universo Cinematográfico de Marvel los 4 Fantásticos y los Inhumanos? ¿La Bruja Escarlata se carga al Spider-Man de Tobey Maguire? ¿Reaparece Visión? ¿Regresa La Anciana? ¿El cameo de Bruce Campbell tiene que ver con su clásico personaje de Ash Williams, el protagonista de la saga The Evil Dead?


Como pasó con Spider-Man: Sin camino a casa, será la propia película la que se encargue de revelar aquello que la propia Marvel no mostró en los trailers. Lo que voy a decir es que, de todo lo expuesto en el párrafo anterior, aquello que sí pasa en Doctor Strange en el Multiverso de la locura (Doctor Strange in the Multiverse of Madness) es, a mi modo de ver, lo peor que la película tiene para ofrecer. Porque sucede de manera completamente gratuita, sin ninguna necesidad argumental y sin consecuencias reales para la trama. Si se le sacara esa parte del metraje al film, la narración funcionaría mejor, mucho más compacta y concentrada en lo que realmente importa.


Espejitos de colores aparte, la película de Sam Raimi es visualmente demoledora. Aun con los excesos gratuitos que alargan inútilmente algunos tramos (¿la pelea de las notas musicales? ¿En serio?), el in crescendo está muy bien construido, el manejo del Multiverso es tan interesante como el de Loki y los paralelismos entre universos aparecen mediados por cuestiones filosóficas que What If…? no se había animado a preguntar. Y para los que llegan sin haber visto las series (la única que importa de verdad es WandaVision), la teoría multiversal aparece conceptualizada con la incorporación de la superheroina America Chavez, de quien se deja bien claro su ascendencia latina aunque no se menciona su publicitada identidad LGBTIQ+.


Algo raro en una película que hace de la identidad su verdadero leitmotiv. Porque bajo la capa superheroica y el uniforme terrorífico (por momentos, parece una de zombies), aquello que abraza esta segunda aventura en solitario del Doctor Strange es el proceso de construcción íntima de una persona, tenga o no tenga superpoderes. Cómo define su personalidad a través de sus elecciones, sus renuncias, sus compromisos, su fe, su deseo, sus compañías y, sobre todo, la tramitación de sus ausencias.


Para mí, Doctor Strange en el Multiverso de la locura tiene un grande, enorme logro narrativo. Elaborar, en espejo, las caras y las formas del amor y el horror. Y atravesar a los personajes principales con esas dos espadas, para contar(nos) la desgarradora humanidad que sangra desde esas heridas. Y coincido con Wanda. No me parece justo el haberse ensañado tanto con ella y haberle hecho atravesar semejante crueldad. Por suerte para nosotros, como espectadores, Elizabeth Olsen la rompe toda y la vuelve a armar. Hay que quedarse hasta el final.
Fernando Ariel García 

No hay comentarios:

Publicar un comentario