martes, 4 de enero de 2022

RIFKIN’S FESTIVAL: CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN CINÉFILA

Rifkin’s Festival. Director: Woody Allen. Protagonistas: Wallace Shawn, Gina Gershon, Elena Anaya, Louis Garrell, Christoph Waltz, Sergi López, Richard Kind, Nathalie Poza, Douglas McGrath, Steve Guttenberg, Enrique Arce, Tammy Blanchard y Damian Chapa, entre otros. Guionista: Woody Allen. Director de fotografía: Vittorio Storaro. Ilustrador del afiche: Jordi Labanda. Gravier Productions / Mediapro / Wildside. EE.UU. / España / Italia, 2020. Estreno en la Argentina: 20 de enero de 2022.


Empecemos como suelo empezar siempre que hablo de una película de Woody Allen o de Roman Polanski, por poner dos de los nombres más controvertidos del séptimo arte. Yo soy de los que pueden separar al artista de la obra de arte. Creo, cada vez más, que Woody Allen es un ser humano de mierda. Más allá de la trama alrededor del supuesto abuso de Allen a su hija, nunca esclarecida del todo, su relación amorosa con Soon-Yi me parece abominable. Porque, aunque no haya lazos sanguíneos que los unan, por más de una década Allen había sido la figura paterna de quien hoy es su esposa.


Ahora, desde el estricto punto de vista artístico, Allen me sigue pareciendo un genio. Y su cine, también me sigue conmoviendo, interpelando y entreteniendo como antes, como siempre. Está claro que sus últimos films están bastante lejos de los grandes clásicos que supo escribir, dirigir y protagonizar. Pero cualquier obra de Allen, aunque no sea la gran obra de Allen, para mí es una gran obra, un permanente motivo de celebración de la pasión cinéfila.


Y eso es, justamente, Rifkins Festival, una celebración de la pasión cinéfila. La del propio Allen; y la de todos aquellos que aman y reverencian a los grandes autores europeos que lo formaron como director; y que nos constituyeron como espectadores. No casualmente, la película que inauguró la edición 2020 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, transcurre durante un Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el que cambiará la vida del Mort Rifkin del título, un notable Wallace Shawn a cargo del alter ego de Allen, que aquí oficia de crítico de cine neoyorkino en plena crisis personal, laboral y de pareja.


La trama discurre amablemente por los carriles más esperables de la comedia romántica, con los apuntes humorísticos y sociológicos, punzantes y críticos a los que nos tiene acostumbrados el autor de Un día lluvioso en Nueva York, Café Society y Blue Jasmine, entre tantas otras. Lo diferente, lo más interesante (para mí) viene dado por la serie de sueños que sufre Rifkin, especie de simbólicos cortometrajes que recrean la estética (en blanco y negro), el ritmo y los contenidos básicos de algunas obras fundacionales del séptimo arte: El ciudadano, de Orson Welles; Sin aliento, de Jean-Luc Godard, Jules y Jim, de François Truffaut; El séptimo sello, de Ingmar Bergman; El ángel exterminador, de Luis Buñuel; Amarcord, de Fedrico Fellini; y alguna más que ahora se me escapa. Tributo delicioso con el que Allen se suma a la onda metaficcional que parece ser moda en Hollywood.
Y el afiche, a cargo de Jordi Labanda, es una maravilla.
Fernando Ariel García 

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