viernes, 26 de enero de 2018

UN AMOR INSEPARABLE: ALGO PARA RECORDAR

Un amor inseparable. Director: Michael Showalter. Protagonistas: Kumail Nanjiani, Zoe Kazan, Holly Hunter, Ray Romano, Anupam Kher, Zenobia Shroff y Adeel Akhtar, entre otros. Guión: Emily V. Gordon, Kumail Nanjiani. Apatow Productions / FilmNation Entertainment / Story Ink. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 25 de enero de 2018. 

Si fueran los ’90, Un amor inseparable (The Big Sick) sería uno de los melodramas protagonizado por Tom Hanks y Meg Ryan. Pero como no estamos en los ’90, la película que parecería estar reinventando la comedia romántica, llega para aggiornar la leyenda del Sueño Americano en clave contemporánea, multicultural y migrante. O sea, afirmando que la identidad individual ya no viene definida por las raíces culturales que carga quien debió abandonar su tierra, sino por la apropiación que haya hecho de los valores dominantes en la escala social del país de llegada. Y que al final, claro, el amor todo lo puede. 


Basada libremente en la historia personal de los protagonistas, Kumail Nanjiani y Emily Gordon, el filme nos muestra las idas y vueltas del cortejo romántico entre un hijo de paquistaníes ultraorodoxos y una estadounidense hija de estadounidenses, ciñéndose a los ingredientes especificados en la fórmula estándar del género. El plus estaría dado porque Kumail y Emily son los autores del guión; y porque Kumail está interpretado por el propio Kumail. Por suerte, a Emily le pone el cuerpo Zoe Kazan, cuya sonrisa ilumina la pantalla y llena de magia un metraje atosigado de lugares comunes, refritos varios y esas palmaditas bajas que explican el porqué del título original (La gran enfermedad). Y un par de buenos chistes jugados de taquito por Ray Romano (¿se acuerdan de Everybody Loves Raymond?) y Holly Hunter, padres de Emily en esta ficción basada en la vida real. 


Divertida, cómoda en su estilo liviano y sin aspavientos, Un amor inseparable cumple y no decepciona. Reemplaza los clichés viejos por los clichés de la generación millenial, se sube a la tendencia standapera y reivindica la estampa ganadora de un nerd. Ningún problema. Cualquier película que incluya a Vincent Price como el Dr. Phibes, tiene todo permitido. Hasta un empalagoso final de cuento. 
Fernando Ariel García

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