jueves, 16 de enero de 2014

DOS PAVOS EN APUROS: TODO BICHO QUE CAMINA…

Dos pavos en apuros. Director: Jimmy Hayward. Voces (versión original): Owen Wilson (Reggie), Woody Harrelson (Jake), Amy Poehler (Jenny) y George Takei (S.T.E.V.E.), entre otros. Voces (version traducida): Luis Daniel Ramírez (Regggie), Raúl Anaya (Jake) y Leyla Rangel (Jenny), entre otros. Guionistas: Jimmy Hayward, Scott Mosier, David I. Stern, John J. Strauss. Reel FX Creative Studios / Relativity Media. EE.UU., 2013.

¿Cuál es el resultado de una gran idea, un desarrollo creativo que no está a la altura y una realización un pelín por debajo de los estándares esperables para una película con pretención de tanque? Estos Dos pavos en apuros (Free Birds, 2013), largo motorizado por Jimmy Hayward (director, guionista y, en la versión original, voz de uno de los personajes secundarios), cuyos créditos lo ubican como animador de Pixar y 20th Century Fox, antes de calzarse al hombro los filmes Horton (2008) y Jonah Hex (2010), salvable el primero y descartable el segundo.

Dos amigos contra el mundo

Justo entremedio, haciendo gala a las indecisiones narrativas que muestra la película, se encuentran Reggie y Jake (voces, en inglés, de Owen Wilson y Woody Harrelson), los dos animalitos del título que buscarán eliminar la tradición norteamericana de zamparse un pavo como cena del Día de Acción de Gracias, viajando para ello al pasado en una máquina del tiempo con forma de huevo y la voz (anglosajona) de George Takei, el Sr. Sulu de la original Viaje a las estrellas.

Se ha formado una pareja

Algunas incoherencias argumentales, otra vueltas de tuerca demasiado previsibles, juegos referenciales que no logran escalar más allá de la mención figurativa (el más obvio, claro, a la saga de Volver al futuro), un sentido del humor ramplón, que no termina de acertar en ninguno de los dos públicos buscados (el infantil y el adulto), cierta corrección política que atenta contra la pretendida locura descontracturada de los personajes, es parte del saldo desagregado que que queda tras el intento emulatorio (conciente o inconcientemente) de la asombrosa Pollitos en fuga.

¿Lograrán cambiar el menú?

Con algunos momentos muy logrados, un par de chistes realmente inteligentes, el hallazgo de una química importante entre los pavos principales, el filme brilla por partes pero cae en la mirada totalizadora. Cayendo en el chiste fácil, a estos Dos pavos en apuros les falta un golpe de horno.
Fernando Ariel García

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