Ellos vienen por ti. Director: Michael Petroni. Protagonistas: Adrien Brody, Sam Neill, Bruce Spence, Robin McLeavy, Malcolm Kennard, Jenni Baird y Anna Lise Phillips, entre otros. Guionista: Michael Petroni. Head Gear Films / Metrol Technology / Screen Australia /See Pictures. Australia, 2015. Estreno en la Argentina: 28 de abril de 2016.
¿Hay algo más terrorífico que lo sobrenatural? Claro que sí: Lo antinatural. Lo sobrenatural es algo que claramente excede nuestras capacidades de comprensión, una serie de fenómenos (reales o irreales) inexplicados y tal vez inexplicables por la ciencia, que van desde los milagros hasta los fantasmas; y la idea de que el más allá pueda estar mucho más acá de lo que nos gustaría admitir. Antinatural es aquello que nos resulta emocional y psicológicamente inabarcable, inentendible, injusto, inhumano. La muerte de un hijo es todo eso y (mucho) más. El horror absoluto.
Los primeros 40 minutos de Ellos vienen por ti (Backtrack, 2015) exponen la abrumadora complejidad que enhebra lo sobrenatural con lo antinatural. La certeza del dolor que desborda al matrimonio del psicólogo Peter Bower (la máscara soberbia de un Adrien Brody lleno de matices) nos clava la duda sobre su sanidad mental. No es para menos. La vida le ha sacado todo sentido a su vida y lo ha abandonado en este mundo para que intente encontrarle un sentido al sinsentido que lo acompañará hasta el último hálito.
Michael Petroni, guionista y director, hace todo bien hasta que decide tomar partido por lo sobrenatural. Y después de esa charla por demás explícita entre el psicólogo y una de sus pacientes, a bordo del tren, la película resigna la intangibilidad del miedo que tan escrupulosamente había venido construyendo para dedicarse a los golpes de efecto que el género adocenó como marca de fábrica.
Una pena. No por aquello en lo que terminó convertida Ellos vienen por ti (una de las mejores películas típicas del terror globalizado desde Hollywood tras Sexto sentido y Los otros), sino por aquello que eligió abandonar en el camino. La posibilidad de instalarse como atípica novedad, bienvenida punta de lanza de una variable más ligada al vértigo del vacío existencial que a la demanda terrena de cualquier espectro errante pasado de FX.
Nos quedan los primeros 40 minutos. Un ejercicio furibundo de cine que demuestra que en este mundo existe algo mucho más terrorífico que lo sobrenatural. Aquello que nos resulta imposible hasta el intentar imaginarlo. ¿Qué haríamos frente a lo antinatural?
Fernando Ariel García
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