Marvel
United. A Pride Special. Guiones: Al Ewing, Wyatt Kennedy, Zoe
Tunnel, Anthony Oliveira. Dibujos: Kei Zama. Bayleigh Underwood,
Federica Mancin, Pablo Collar. Coloreado: Brittany Peer, Irma
Kniivila, Tamara Bonvillain, Michael Wiggam. Letreado: Ariana Maher.
Introducción: Emmett Yonemura. Entrevista a J.M. DeMatteis:
Angélique Roché. Portadas: Lucas Werneck (regular), Jan Bazaldua y
Marte Gracia, Mateus Manhanini, Ernanda Souza, Rickie Yagawa y Tamra
Bonvillain (variantes). Edición: Michelle Marchese y Lindsey Cohick.
Marvel Comics. EE.UU., junio de 2025.
No
importa si los guiones son interesantes y/o atractivos, si están
bien o mal resueltos, si son originales o refritos de viejas
aventuras, si sorprenden al lector o anuncian su resolución desde el
primer cuadrito. No importa si los dibujos relatan y/o ilustran, si
cumplen o no con los mínimos estándares técnico-narrativos, si
comunican algo o carecen de proyección empática. No importa si la
paleta cromática ayuda o dificulta el proceso de lectura. No importa
si la revista está destinada a ser un clásico del noveno arte o un
saldo invendible de aquí a la eternidad. Lo único que importa (que
me importa, en realidad) es que este Marvel United. A Pride Special
dice lo que hay que decir sobre el presente de la comunidad LGBTIQ+
en los países donde la extrema derecha más
conservadora y retrograda está gobernando.
La energía vital de Adolf Hitler corporizada como El Heredero del Odio, vehículo principal para los discursos ídem en el Universo Marvel
En
cuatro aventuras extremadamente simples, llanas y lineales (más una
introducción que debería ser de lectura obligatoria en las
escuelas), este número especial de Marvel enfrenta los discursos de
odio hacia las (mal llamadas) minorías y/o disidencias. Discursos
que (en algunos casos), ya transformados en políticas de Estado,
bajan con grosera impunidad desde las estructuras gubernamentales,
para ser defendidos en los medios masivos de comunicación y
viralizados desde las redes sociales; hasta terminar repetidos por
una opinión pública que naturaliza de manera escandalosa la
deshumanización total y absoluta de esa otredad a la que se pretende
normatizar o aniquilar.
En
el marco internacional del Mes del Orgullo, Marvel United reúne a un
grupo de personajes acostumbrados a pelear contra la violencia, el
miedo, la discriminación, la xenofobia, la misoginia, la
polarización social, la persecución, el escarnio, el desprecio, la
intimidación y el más largo etcétera que se pueda imaginar. Son
seres superpoderosos, místicos, mutantes que (¿hace falta decirlo?)
debajo de sus coloridos uniformes son sólo personas, tan diferentes
y tan similares al resto de los mortales e inmortales que pueblan el
Universo Marvel como reflejo de nuestro planeta Tierra.
Paladines
que, con la excusa del entretenimiento masivo, aprovechan la
oportunidad para luchar contra el delito, denunciar las injusticias,
educar desde el diálogo, generar reflexiones sobre los prejuicios
que cargamos; y promover la inclusión y el respeto a la diversidad.
Porque saben (y nos lo dicen con palabras y actos) que garantizar los
derechos de las personas LGBTIQ+ es, simplemente, garantizar el
efectivo cumplimiento de los derechos humanos de las personas. Y que
cada uno sea quien quiera ser, sin tener que andar dando
explicaciones o pidiendo permiso.
Fernando
Ariel García
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