lunes, 5 de mayo de 2025

EL ETERNAUTA: NADIE SE SALVA SOLO

El Eternauta (primera temporada). Director: Bruno Stagnaro. Protagonistas: Ricardo Darín (Juan Salvo / El Eternauta), Carla Peterson (Elena), César Troncoso (Alfredo “Tano” Favalli), Andrea Pietra (Ana), Ariel Staltari (Omar), Marcelo Subiotto (Lucas Herbert), Claudio Martínez Bel (“Ruso” Polsky), Mora Fisz (Clara Salvo), Orianna Cárdenas (Ingrid, “Inga”), Aaron Park (Pablo), Jorge Sesán (Franco) y Leandro Sandonato (Ruperto Mosca), entre otros. Guionistas: Bruno Stagnaro, Ariel Staltari, Gabriel Stagnaro, María Alicia Garcías, Martín Wain. Basado en la historieta homónima (1957), creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Diseñador de los Cascarudos: Martín Canale. Compositor musical: Federico Jusid. Asesor creativo: Martín Mórtola Oesterheld. Creador de la serie: Bruno Stagnaro. K&S Films. Argentina, 2025. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 30 de abril de 2025.


Primero lo primero. A mi modo de ver, toda adaptación es, básicamente, una traducción de un lenguaje a otro. La fidelidad, entonces, no pasa por la trasposición literal de los contenidos, sino por el respeto y el apego a las ideas y valores que la obra original haya puesto en juego. De manera consciente o inconsciente, en forma directa o indirecta. Teniendo en cuenta el diálogo que haya entablado con su coyuntura primigenia y el impacto que el paso del tiempo haya terminado instalando sobre la ficción.


Segundo. El propio Oesterheld situó la historia de El Eternauta en tiempo presente. En 1957 cuando la empezó a serializar en el Hora Cero semanal, en 1959 cuando Solano López terminó de dibujarla; y en 1969 cuando la reescribió para el lucimiento de Alberto Breccia en la revista Gente. Que la adaptación dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín transcurra en la década de los 2020 no sólo es coherente con las decisiones creativas de HGO, sino que es absolutamente necesario para no tergiversar su esencia (y mantener el giro dramático del final de la historieta, si es que algo así vaya a pasar en la serie).


En este sentido, ninguno de los cambios se me hizo forzado y todos me resultaron bienvenidos. Casi setenta años después de su primera publicación impresa, son otros los caminos a transitar si queremos arribar al mismo destino final. Y en una aventura identitariamente argentina, el peronismo, la Dictadura, la guerra de Malvinas, Alfonsín, Menem, De la Rúa y Kirchner son mojones que no deben obviarse si nos interesa que la ficción interpele la Historia y el presente. Y confronte, tal como permite hacerlo la historieta de HGO y Solano, dos modelos de Sociedad y Estado. El de la solidaridad contra la exclusión planificada, el de la construcción colectiva frente a la capitalización individual, el de la Justicia Social contra el de la Libertad de Mercado; el de Memoria, Verdad y Justicia contra el de la Teoría de los dos demonios. Y que lo haga, además, poniendo en valor a la llamada tercera edad, justo cuando el Gobierno argentino tiene plata para pegarle a los jubilados y no para pagarle a los jubilados, me pareció soberbio.


Dicho esto, los seis episodios de la primera temporada de El Eternauta son, sencillamente, perfectos. Más allá de la asombrosa proeza tecnológica y del afiatado tono actoral (salvando aquellas pocas performances que, a mi entender, no están a la altura del elevadísimo promedio), porque la calidad de su propuesta ideológica viene a demostrar que otro mundo es posible y que es posible luchar para alcanzar ese otro mundo. Al igual que en la historieta, el leitmotiv de la serie está puesto en la resistencia al modelo deshumanizado, violento y cruel que pretende instalarse para siempre en la Argentina y en gran parte del planeta. Y eso es todo lo que está bien, al menos para mí.


Lo único que me hizo ruido, mucho ruido, es la desaparición del personaje de Oesterheld. Y utilizo la palabra “desaparición”, justamente, por el grado de simbolismo que implica y evoca para la trama. Y utilizo la palabra “personaje” porque sé que el HGO real fue asesinado por la Dictadura y sus restos continúan desaparecidos. Me hubiera gustado que se incluyera la equivalencia audiovisual de esa icónica secuencia inicial, principalmente por el involucramiento personal que HGO tuvo a futuro en la aventura que iba escribiendo a lo largo de los años. Y, sobre todo, por la profunda emoción que me dio ver los dos guiños a la historia personal de la familia Oesterheld: Las referencias a la casa del Tigre, el lugar donde HGO pasó sus días de clandestinidad mientras escribía El Eternauta segunda parte; y la secuencia dentro y fuera del monumental edificio conocido como Torre Dorrego, ubicado en el barrio porteño de Palermo y donde (como bien señaló Hernán Ostuni) supo tener su vivienda Elsa Sánchez de Oesterheld.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ciudadanos anónimos intervinieron los afiches en vía pública con los rostros y los datos de HGO y sus cuatro hijas, todos secuestrados y asesinados por la Dictadura

Quiero ya la segunda temporada. Por favor. Y si naciste entre 1975 y 1983; y tenés dudas sobre tu identidad o conocés a alguien que podría ser hijo o hija de personas desaparecidas, podés contactarte con Abuelas de Plaza de Mayo. Dos hijas de HGO y Elsa Sánchez estaban embarazadas al momento de ser secuestradas por la Dictadura.
Fernando Ariel García

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