Comics
& Memory in Latin America. Autores: Edoardo Balletta, Christiane
Berth, Jorge L. Catalá Carrasco, Isabella Cosse, Paulo Drinot,
Edward King, Cynthia E. Milton, James Scorer. Portada: Imagen de
Matagalpa: Insurrección de agosto (1980), del Ministerio de Cultura
de Nicaragua. Editores: Jorge L. Catalá Carrasco, Paulo Drinot,
James Scorer. University of Pittsburgh Press. EE.UU., abril de 2014.
Hacía
(mucho) rato que le venía teniendo ganas a este libro. No soy un
fanático de la prosa académica, porque me parece algo más
distante, analítica y fría que la periodística, cuya pluma se
permite jugar con las herramientas de la narración ficcional. Pero,
por suerte para mí, puedo dejar de lado mis preferencias lectoras a
la hora de disfrutar de un libro tan documentado, profundo, valioso,
interesante y cuestionador como este Comics & Memory in Latin
America, del cual existe una edición en castellano a cargo de
Cátedra, que sólo vi en internet.
La
premisa del trabajo monumental es tan simple de describir como
compleja de ensamblar y desarrollar: La relación existente entre el
cómic y los procesos de memoria, entendiendo como memoria a la
capacidad sistemática de recordar, olvidar o dotar de sentido
subjetivo a resistencias anticolonialistas, guerras
independentistas, revoluciones antiimperialistas, movimientos
insurgentes, violencias políticas y terrorismo de Estado,
entre tantas otras situaciones traumáticas. Partiendo de
experiencias individuales y colectivas, generadas por gobiernos y/u
oposiciones de Cuba, la Argentina, Nicaragua, Perú, Chile y Brasil, los
ensayos hacen dialogar a los distintos imaginarios culturales, con un
ojo puesto sobre las espirales asociadas al crecimiento /
decrecimiento de la pobreza; y la inclusión / marginación
socio-urbana, en épocas de dinámica transición política.
En
el universo de este trabajo, los cómics vienen analizados desde su
condición de constructo didáctico de educación popular, parte de
una estrategia discursiva que busca alcanzar una hegemonía del
pensamiento en los distintos campos de la cultura. Un lugar de
privilegio desde donde pueda construirse un pasado, intervenirse el
presente y modelar un futuro. Identificando el origen de los
contenidos y la intención primaria de los autores, porque eso
también influye sobre el uso intencionado que se haya hecho de esos
materiales. Principalmente, al momento de instalar imágenes
positivas o negativas sobre determinado hecho histórico o
personalidad específica, buscando así ratificar la validación
propia o rectificar la ajena, reciclando el valor simbólico de
significados y significantes.
La
memoria, entonces, aparece definida como herramienta primordial para
garantizar la Democracia y esclarecer las violaciones a los Derechos
Humanos. Como territorio en disputa entre la ideología oficial y la
ideología disidente, la memoria se vuelve fundamental a la hora de
construir una identidad nacional, sobre todo en medio del traspaso de
una forma de gobierno a otra. Como instrumento de ruptura con el
pasado, permite establecer un nuevo orden político-social-cultural,
capaz de conformar la conciencia de unidad que necesita una Nación
para salir de las sombras. Sin olvidar que, por su naturaleza
maleable, también puede ser reconvertida en adoctrinamiento,
manipulación del pasado o simple propaganda.
Cruzando
estos ejes de manera permanente, los autores ponen en perspectiva la
realización, circulación, lectura y significación, relectura y
resignificación de historietas tan disímiles como La guerra de los
Antartes, Mafalda, El Cuy, Rupay, Road Story y Morro da Favela, entre otras, observando su contribución a la construcción de la verdad. Verdad
que queda definida ya no como un valor absoluto y discrecional, sino
como el mejor consenso al que pueda llegar una sociedad, en un
momento histórico determinado, para aclarar y declarar aquellos
valores absolutos sobre los cuales estipulará las bases de una
convivencia democrática, justa y soberana entre todos los habitantes
de un país. De lectura (me parece) imprescindible.
Fernando
Ariel García
Excelente texto, Fernando. En estos tiempos en que todo parece tener una segunda lectura, una reescritura, estos procesos memoriales son más que justos y necesarios.
ResponderEliminarPondré este libro en mi lista de deseos.
Saludos.
Gracias!!!!
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