sábado, 1 de febrero de 2020

DYLAN DOG & BATMAN: CON GANAS DE MÁS

Dylan Dog Gigante Nº 23. Guionistas: Roberto Recchioni, Bill Finger, Dennis O’Neil. Dibujos: Werther Dell’Edera, Bob Kane, Emiliano Mammucari, Neal Adams. Entintado: Gigi Cavenago, Jerry Robinson, Emiliano Mammucari, Neal Adams. Color: Gigi Cavenago, Annalisa Leoni. Apartado editorial: Adriano Barone. Portada: Emiliano Mammucari. Coordinador editorial: Franco Bussata. Sergio Bonelli Editore. Italia, diciembre de 2019. 

Visto de lejos, un poco a las apuradas, parecen mundos irreconciliables. No por las temáticas que aborda cada cual, que eso es lo de menos y (tal vez) lo más parecido. Sí por los estilos, las sensibilidades que manejan al aproximarse a los tópicos que, en diversas ocasiones, han sido los mismos. El océano que los separa, es cierto, todavía no ha quedado del todo saldado, pero lo que han hecho Roberto Recchioni, Werther Dell’Edera y Gigi Cavenago es, hay que decirlo con todas las letras, ES-PEC-TA-CU-LAR. 


La unión de los universos superheroicos de DC Comics y aventureros de Sergio Bonelli, que se inicia con este Dylan Dog & Batman (y seguirá durante 2020 con Flash & Zagor y Nathan Never & Justice League), no podría ser más fructífera, atrapante y prometedora. Y algo engañosa, también hay que decirlo con todas las letras, ya que el Detective de las Pesadillas y el Hombre Murciélago no llegan a interactuar en ningún momento de la trama. 


Protagonizado por las versiones más clásicas e icónicas de los personajes, las veinte páginas del team-up sí reúnen (aunque sea durante un flashback) a los enemigos declarados de los paladines: El payaso del crimen que no necesita presentación; y el científico obsesionado con la creación (y dominio) de los muertos-vivos. O sea, el Joker y Xabaras (anagrama de Abraxas, antiguo Dios que, dicen las sectas gnósticas, representa al Bien y al Mal), cuyo pasado en común deberá repercutir en una próxima historia, mucho más larga, algo más densa y con los héroes (ahora sí) en plan colaborativo. 


Con todos los peros que se le puedan poner a esta degustación gourmet de la alianza Dylan & Bat, presentada originalmente como revista especial en el último Salón del Cómic de Lucca, lo cierto es que la premisa genera una química tan explosiva que logra dejar en segundo plano a los tres clásicos del cómic que complementan este Dylan Dog Gigante Nº 23. Tres pesos pesados que se las siguen bancando a pesar de haber sido leídos y releídos hasta el hartazgo: La primera aparición del Joker, por Bill Finger, Bob Kane y Jerry Robinson; su restauración setentista a cargo de Denny O’ Neil y Neal Adams; y la remake del primer número de Dylan Dog firmada por el propio Recchioni y Emiliano Mammucari. 


¿Qué tiene este Dylan Dog & Batman que lo hace tan especial y atractivo? La certeza de que el entramado funciona. El misterio que lo ata todo a los orígenes de los personajes, con un Hombre Murciélgo abrazado a su obsesión y un Dylan Dog que sale airoso de su mítica primera aventura. Y la promesa de un caos tenebroso y alienante, desbordado desde un Joker sádico y existencialista, capaz de afirmar que “el Diablo no existe. Es sólo Dios cuando está borracho”. 
Quiero más!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 
Fernando Ariel García

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