(Información de prensa) Los primeros días de febrero se estrenará en Malba y Gaumont el quinto filme de Albertina Carri, Cuatreros, que tuvo un paso muy auspicioso por el Festival de Mar del Plata cosechando críticas muy elogiosas.
"Voy tras los pasos de Isidro Velázquez, el último gauchillo alzado de la Argentina y, como la búsqueda del tiempo perdido siempre es errática, ¿voy realmente tras los pasos de ese fugitivo de la justicia burguesa? ¿O es que voy tras mis pasos, tras mi herencia? -se pregunta Albertina Carri-.Viajo a Chaco, a Cuba, busco una película desaparecida, busco en archivos fílmicos cuerpos en movimientos que me devuelvan algo de lo que se fue muy temprano. ¿Qué busco? Busco películas, también una familia, una de vivos, una de muertos; busco una revolución, sus cuerpos, algo de justicia; busco a mi madre y a mi padre desaparecidos, sus restos, sus nombres, lo que dejaron en mí. Hago un western con mi propia vida. Busco una voz, la mía, a través del ruido y la furia que dejaron esas vidas arrancadas por aquella justicia burguesa".
Hace años que Albertina Carri realiza filmes que no se acomodan fácilmente bajo ninguna etiqueta; así que, desde ese punto de vista, Cuatreros no debería sorprender a nadie. Pero la realidad es que igual sorprende, porque nunca se ha visto algo así en el cine argentino ni en ningún otro. Si fuera solo un filme experimental se podría llamar “Contrapunto” porque ese es su dispositivo principal: un diálogo intenso entre un relato en off y un muy abundante material de archivo. Pero está muy bien que se llame Cuatreros, porque ese relato no es una abstracción impresionista sino una ilación de acontecimientos concretos, reales, personales y políticos. Y además ese material de archivo se despliega en una, dos, tres, muchas pantallas, comentando todo lo que se dice en una especie de multiplicación infinita de sentidos posibles.
Fueron cuatreros los hermanos Velázquez, cuya historia funciona como disparador del filme; y luego fueron cuatreros los padres de Carri, porque eligieron la lucha armada contra el poder de una derecha feroz. Enseguida fueron también cuatreros los cineastas Pablo Szir y Lita Stantic, que filmaron clandestinamente la historia de los Velázquez; y ahora vuelven a ser cuatreros Carri y su equipo, recuperando (para el pueblo) kilómetros de found footage para componer ni más ni menos que un film de intervención política que ratifica y celebra la complejidad de ese término que el poder vive obstinado en negar.
Dijo la prensa:
Diego Batlle (otroscines.com): Road movie, western, documental, ensayo autobiográfico, instalación audiovisual, film experimental a base de found footage y, sobre todo, cine político. Eso (y bastante más) hay en los 83 agobiantes, demoledores, angustiantes y abrumadores minutos de Cuatreros. La experiencia de apreciar la nueva película de la directora de Géminis, Los rubios y La rabia genera todas esas sensaciones porque hay tantas búsquedas, tantas ideas, tanta carga emocional concentradas en el film que el espectador pendula todo el tiempo entre la fascinación y la irritación. No es una propuesta fácil (...) y está predestinada al debate, incluso a la controversia acalorada. En estos tiempos no es poco. Una película hecha con la cabeza, sí, pero sobre todo con el corazón".
Luis Zas (Leedor.com): Ensayo magistral donde al análisis político se suman los recuerdos y la marca de unos padres que ya no están. Una Road Movie imaginaria porque esa voz que narra/informa pero no muestra. No hay una sola escena de autoría propia, lo propio es el montaje donde el concepto de autor estalla frente a nuestros ojos".
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