lunes, 7 de mayo de 2012

SARNA: LA FIESTA INTERMINABLE

(Publicado en Sonaste Maneco 3, enero a marzo de 2005) Desde hace más de 2.500 años que el parásito Sarcoptes Scabiei (o ácaro de la sarna) viene infectando a los seres humanos. Generalmente, produce una enfermedad cutánea prurítica, o sea que se manifiesta con una molesta picazón en la piel, popularmente conocida como sarna. Y la sarna no discrimina. Más allá de razas, religiones, edades, ingresos económicos, gustos sexuales y calidad de la higiene personal, cualquiera puede contraerla si un ácaro hembra logra depositarle sus huevos bajo la piel. Si la persona infectada no controla la picazón, los surcos que las uñas le dejan al rascarse podrían infectarse, abriendo las puertas a alguna enfermedad más complicada. Pero si uno cuenta con los medicamentos adecuados, la sarna se cura. No tiene por qué transformarse en un calvario eterno.
¿A cuento de qué viene lo anterior? Bueno, Lucho Lasabbia, el protagonista de Sarna (publicado en Francia como Mémoires d’une vermine), más allá de ser un reverendo hijo de puta con pasado y presente de represor, asesino, apropiador de hijos de desaparecidos, traficante de drogas y tratante de blancas, entre muchas otras cosas, es también la metáfora más impactante que la historieta argentina contemporánea haya hecho sobre las dirigencias responsables de que el país esté como está. Las militares y policiales, por supuesto, pero también las políticas, sindicales, empresariales, eclesiásticas y un largo etcétera, transversales en la administración de la miseria que se viene haciendo, metódicamente, desde 1976 por lo menos.
Esta “es una historia absolutamente realista -contó Trillo a la agencia de noticias Télam-. La sátira, el grotesco, la suciedad, los humores, las lívidos alteradas, las perversiones y las víctimas son siempre, en estas tierras, parte del paisaje real, donde la injusticia es tan natural y los abusos tan enormes que no parece que haya otras maneras de contar estas cosas. O desde el heroísmo de los que pierden, o desde la podredumbre de los que siempre ganan. (Por eso) Lucho Lassabia es un tipo bello, bien vestido, de ojos azules falsos y vestido con ropa de Armani, ya que detrás de ese aspecto se oculta un tipo sucio, corrupto, miserable y repugnante. Su figura puede interpretarse también como la frivolidad menemista que vivimos durante 10 años seguidos”.
Y digan la verdad. Cuando lo vieron bajar a Carlos Menem del avión que lo devolvió a la Argentina sin peligros de quedar detenido en prisión, ¿no sintieron como una picazón por todo el cuerpo?
Fernando Ariel García
Sarna. Guión: Carlos Trillo. Dibujos: Juan Sáenz Valiente. Portada: Juan Sáenz Valiente. Iron Eggs Ediciones. 48 páginas a todo color. ISBN: 987-21004-4-6. Argentina, septiembre de 2004.

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