jueves, 10 de octubre de 2019

GUASÓN: EL HOMBRE QUE (HACE QUE) RÍE

Guasón. Director: Todd Phillips. Protagonistas: Joaquin Phoenix (Arthur Fleck / Guasón), Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy, Bill Camp y Shea Whigham, entre otros. Participación especial de Brett Cullen (Thomas Wayne), Carrie Louise Putrello (Martha Wayne), Dante Pereira-Olson (Bruce Wayne) y Douglas Hodge (Alfred Pennyworth). Guión: Todd Phillips y Scott Silver, basados en personajes y situaciones creadas por Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson para las historietas de Batman publicadas por DC Comics. DC Films/ Village Roadshow Pictures / Bron Creative / Joint Effort. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 3 de octubre de 2019. 

Por fin, después de mucho traquetear, de venir corriéndola de atrás sin saber muy bien cómo pararse de igual a igual frente a los tanques de Marvel, DC encontró la fórmula que no sólo la despega del molde superheroico canónico del cine contemporáneo, sino que la posiciona a años luz de su eterno rival. Guasón (Joker) es al Universo Marvel lo que los viejos dibujitos de la Warner eran a los cartoons de Disney. El triunfo del arte sobre el marketing, del riesgo de asumir los valores de la libre expresión sobre el confort de ceñirse al reinado de lo políticamente correcto. 


Guasón es la mejor película de superhéroes que pueda hacerse hoy día. Punto. Está ubicada ahí, bien al lado del Batman de Adam West y los primeros dos Supermanes de Christopher Reeve. Y gran parte del mérito se lo lleva Joaquin Phoenix, en un papel (re)consagratorio que lo eleva al sitial que ocupa con pleno derecho. Una bestia actoral, un animal herido que sangra empatía, dolor, frustración y agobio, el total fracaso de vivir que Goyeneche cantó como nadie. 


Es difícil definir al inclasificable film de Todd Phillips. Y está bueno que así sea. Digamos que se asemeja al orgasmo alcanzado en conjunto por dos universos en cópula furiosa, pasional y cruel, unidos por los lazos de un amor que busca, siempre, entregarle el máximo placer a su pareja. Guasón funciona muy bien dentro del universo del cómic, animándose a jugar los estándares sin exigirse el apego a las reglas establecidas. Está plagado de referencias icónicas que el ojo conocedor va a agradecer, pero las deja al costado, como elementos de color, como notas al pie que ni cortan ni pinchan a la hora de evaluar el gran lienzo. 


Y Guasón funciona muy bien también dentro del universo cinéfilo, en especial el que remite al cine yanqui de los ’70. El de las películas independientes y comerciales al mismo tiempo. El del realismo sucio, de calles duras y amorales, de perdedores en caída libre, de violencia seca, dura, mordida, asordinada y definitiva como una trompada en la mandíbula. O un tiro entre los ojos. El cine de Coppola, De Palma, Lumet, Friedkin, el primer Spielberg, el George Lucas que produce más que el que filma. Y sobre todo (y todos), el cine de Martin Scorsese. Principalmente Taxi Driver y El rey de la comedia, con un De Niro actual que parece hecho para sufrir al De Niro que fue en esos filmes, deconstruido y reconstruido aquí bajo el adn de Phoenix. 


Lo más interesante de Guasón es que, aun funcionando muy bien dentro de los universos comiquero y cinéfilo, funciona mucho mejor fuera de ellos. Como retrato coral de una sociedad destinada a parir psicópatas, donde el Estado se muestra incapaz de contener a sus ciudadanos abusados, explotados, marginados y enfermos, principalmente porque se ha dedicado a abusarlos, explotarlos, marginarlos y enfermarlos, mucho antes de abandonarlos pintándoles una falsa sonrisa en las caras. 
Que no haya secuela, por favor. 
Fernando Ariel García

1 comentario:

  1. Hola Fernando, coincide lo que decís con las críticas que vengo leyendo por ahí, incluso coinciden con vos en que no debería tener secuela. Pero... vio como es el negocio. veremos. Yo primero tengo que ver ésta

    Abrazo

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