viernes, 21 de junio de 2019

ASTROGAUCHOS: HOUSTON… TENEMOS UN PROBLEMA

Astrogauchos. Director: Matías Szulanski. Protagonistas: Ezequiel Tronconi, Laura Laprida, Alberto Suárez, María Eugenia Rigón, Alejandro Jovic, Débora Nishimoto y Verónica Intile, entre otros. Guión: Matías Szulanski. Kligger / Szulanski Szulanski Crescia. Argentina, 2019. Estreno en la Argentina: 20 de junio de 2019. 

La premisa está buenísima. Nos lleva a la Argentina de 1966, donde un ingeniero y docente de la UBA afirma, ante quien quiera oírlo, que espías rusos le robaron sus ideas y sus planos para poder concretar la hazaña del Sputnik. Y más. Suelto de cuerpo, sostiene que él sabe cómo hacer para que la Argentina ponga una nave tripulada en la Luna antes que los EE.UU. Lo único que necesitaría es que el Gobierno de facto de Onganía monte un Ministerio de Asuntos Espaciales a su imagen y semejanza. Y como Astrogauchos es una ucronía tragicómica, podemos imaginarnos qué pasará. 


La puesta en escena es soberbia. La re-creación de esa Argentina sesentista estilizada de acuerdo con los cánones estéticos del Swinging London es, de lejos, lo mejor que tiene el quinto film de Matías Szulanski. Vestuario, decorados, locaciones, musicalización, detalles de usos y costumbres, colores y tonalidades. Todo está donde debe estar y como debe estar. No se trata de un universo paralelo ni de una línea temporal divergente, pero tranquilamente podría serlo. Y funcionaría como un relojito. De hecho, funciona como un relojito. 


El tono narrativo no está a la altura. La comedia no causa gracia, el drama no alcanza a emocionar. En los momentos en que el film asimila el humor negro de los hermanos Cohen y el absurdo kitsch del primer Almodóvar, los elementos no terminan de ligar. O se pasan en crueldad insensible y sin (mucho) sentido hacia el protagonista, o se quedan en una caricatura burocrática que atrasa un par de décadas. Una pena que los desbordes argumentales no se llevan bien con las máscaras actorales elegidas. 


Ese, me parece, es el mayor problema que tiene Astrogauchos. Por separado, las partes funcionan muy bien, pero ensambladas no. Pierden interés, brillo, alcance, personalidad. Jugando con el discurso argumental de la película, una cosa es armar el cohete. Y otra, muy distinta, hacerlo llegar a la Luna. 
Fernando Ariel García

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