jueves, 13 de diciembre de 2018

ALGO CELOSA: NO SOS VOS, SOY YO

Algo celosa. Directores: David Foenkinos y Stéphane Foenkinos. Protagonistas: Karin Viard, Dara Tombroff, Anne Dorval, Thibault de Montalembert, Bruno Todeschini, Marie-Julie Baup, Corentin Fila y Anaïs Demoustier, entre otros. Guión: David Foenkinos y Stéphane Foenkinos. Mandarin Cinéma / StudioCanal / France 2 Cinéma / Canal+ / Ciné+ / France Télévisions. Francia, 2017. Estreno en la Argentina: 13 de diciembre de 2018. 

Para empezar, digamos tres cosas tal como son. Uno: Algo celosa (Jalouse) no es una comedia, como afirma el afiche publicitario. Tiene elementos que divierten y momentos que hacen reír, es cierto, pero es un drama. Puro y duro. Dos: Nathalie Pêcheux, el personaje protagónico que encarna como una uña la blonda Karin Viard, no es algo celosa. Es muy celosa. Demasiado celosa. Enfermizamente celosa. Y tres: Algo celosa no necesita disfrazarse de lo que no es para mostrarse como lo que realmente es: Una gran película. 


Sabemos que una recorrida nocturna por París, acompañada por la música de John Coltrane, hace de cualquier película una gran película. Pero aun sin ese detalle, el film de David Foenkinos y Stéphane Foenkinos tiene con qué bancarse cualquier cosa que le pongan enfrente, incluido al Aquaman de Momoa. Porque lo más interesante de Algo celosa es que no intenta explicar, entender y/o justificar los celos que mueven a Nathalie, sino que hacen de su existencia la materia narrativa de una mujer en crisis consigo misma; abarcando la onda expansiva que la lleva a detonar los pequeños e invalorables mundos que conforman su vida cotidiana. 


Al igual que Nathalie, nosotros los espectadores nunca sabremos por qué esta atractiva y deseable separada, madre compinche de una hija adolescente, gran amiga de sus amigos, buena vecina, respetuosa ciudadana y excelente profesora universitaria, empieza a celar a todo y a todos. De a uno por vez. Adentrándose cada vez más en un círculo vicioso en el que no quiere estar y del cual no está muy segura de querer salir. Tal vez porque su malestar interno sea el malestar de esta época atravesada por las dudas. 


Está claro que Nathalie empieza a responder emocionalmente aquella pregunta que su intelecto no deja de dispararle a la sien: ¿Por qué a los demás le están pasando las cosas que deberían estar pasándome a mí? Desde esta cumbre de angustia y ansiedad, caminará el camino que la lleva, sin prisa pero sin pausa, barranca abajo. Vivenciará ese proceso autodestructivo, destinado a ahuyentarla de todo su entramado de relaciones afectivas y humanas. En el mientras tanto, intentará levantar cabeza las veces que sea necesario. Y, si es inteligente, aprenderá un par de cosas. Uno: Lo que está roto se puede arreglar, pero la ruptura pasará a formar parte del todo. Dos: Habrá que buscar la forma de aprender a convivir con eso. Y tres: No necesita disfrazarse de lo que no es para mostrarse como lo que realmente es: Una buena persona. 
Fernando Ariel García

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