(Información de prensa) Vamos a la playa, primera novela gráfica de Azul Blaseotto y editada por Tren En Movimiento Ediciones, saldrá a la venta en librerías de Buenos Aires en marzo 2018. Pero hasta el 31 de diciembre pueden conseguirla con un 20 % de descuento: ¡¡el libro (autografiado) a sólo $AR 200!! Y por $AR 500: ¡¡libro + serigrafía!! ( bicromía s/ chambrill 240 gms; 35x50 cms; tirada de 40).
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Santiago García Navarro, escritor y curador, escribió en la contratapa: Cuando decimos “cine” y “furia” en una misma frase, es probable que nos imaginemos una película de acción. Este libro es una película de acción llena de furia. Una road movie motorizada por una pasión agresiva que, con el correr de las páginas, demuestra ser una máquina delirante e irresistible. La simple decisión de ir de vacaciones a a playa se transforma desde el primer minuto en una interrogación acerca de las infraestructuras, las formaciones sociales, las estrategias políticas y los modelos económicos que construyen ese territorio y paisaje hoy cotidiano llamado “playa”. La provocación inicial es en torno del sistema ferroviario, hecha desde el tren al que acaban de subir los protagonistas. A lo que le seguirán la política de tierras, la exclusión social, el exterminio de los indígenas.
Nicolás Testoni, director del Museo-Taller Ferrowhite, anotó en el prólogo: Azul dibuja para orientarse. Pero lo que bajo la forma aparente de una novela de gráfica apunta en su cuaderno, no es un mapa, sino las líneas de fuga necesarias para salirse de él. Porque la travesía de nuestra dibujante andariega no atraviesa un territorio incógnito sino uno que, de tan conocido, hemos terminado por resignarnos a ignorar casi por completo. (Fuimos muchas veces a la playa. ¿Pero cuántas con los ojos del pintor viajero?). Entonces, para llegar a destino, a Azul primero le hará falta perderse, elegir el camino equivocado. Así como desandar esa distancia supondrá la tarea de remontarse en el tiempo, de indagar en el origen histórico de todo paisaje “natural”, de todo motivo “pintoresco”. Las líneas de esta historia se enredan en otras: en las del cartógrafo militar, en las del ingeniero ferroviario, en las del agrimensor decimonónico y el arquitecto posmoderno, abriéndose paso en el palimpsesto que mapea, lotea, nivela y renderiza el infinito pampeano hasta convertirlo en un monoambiente con vista a la nada.
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