Ciudad. Guión: Ricardo Barreiro. Dibujos: Juan Giménez. Color: Juan Giménez. Portada: Juan Giménez. Apartado teórico: Juan Giménez, Javier Doeyo. 176 páginas en blanco y negro y a color. Doedytores/Historieteca. ISBN: 978-987-25491-0. Argentina, agosto de 2015.
La ciudad de Ciudad es un destino al que he viajado más de una vez, desde que apareció en el mapa de mis lecturas alumbradas por la recuperada democracia. De manera inconexa y desordenada en la española Ilustración + Comix Internacional, incompleta en sus irrupciones argentinas dentro las revistas Tiras de Cuero y Hora Cero (de De la Urraca); y completa en su versión libro con tapa de Ariel Olivetti. Con este millaje a cuestas, me embarqué más que contento a bordo de esta nueva (y definitiva) edición del clásico de Ricardo Barreiro y Juan Giménez a cargo de Doedytores e Historieteca, que incorpora por vez primera las pocas páginas coloreadas por el propio Giménez para una edición a color que nunca llegó a completarse. O que aún está buscando su salida desde algún pliegue espacio-temporal.
Los doce episodios de la saga están tan contundentes y logrados como siempre (no es ninguna novedad), sobre todo porque los contenidos simbólicos que aborda desde la perspectiva de género fantacientífico, siguen siendo tan válidos hoy como hace treinta años. Algunos han perdido su carácter profético, es cierto, pero sólo por haber devenido realidad consumada. Lo cual habla (y muy bien) de la capacidad autoral para la anticipación.
Meta-reflexión de aquello que entendíamos como posmoderno, puesta a resonar con las tensiones políticas que empezaban a perfilarse por los años ’80, Ciudad se me hace (ahora más que antes) un potente (potentísimo) fresco del modelo capitalista globalizado entendido como pesadilla social. De hecho, este no-lugar que refiere a París, Nueva York, Buenos Aires y a cualquier otra metrópolis faraónica y alienada, termina reconvertida en una anárquica arquitectura tridimensional, montada vaya uno a saber dónde, con la ¿intención? de escenificar el vaciamiento identitario que el mundo real empezaría a sufrir poco tiempo después.
Aprehendida como una bifurcación hacia la Aventura, la ciudad de Ciudad es una explosión de adrenalina que viene a sacudir la modorra de la incómoda vida cómoda, hecha de rutinas y mecánicas destinadas a formatear números y estadísticas, nunca a formar personas críticas del sistema. Perdidos en estas calles habitadas por las obsesiones de Borges y Vonnegut, de Poe y La Biblia, de El Bosco y El Eternauta, de Mad Max y Blade Runner, el ex publicista Jean (alter ego gráfico de Barreiro, según las palabras de Giménez) y la ex prostituta Karen, inician un viaje en busca del más profundo sentido de sus vidas, atravesando escenarios que hablan de la angustia existencial del ser humano, expresión consciente de un vacío que parece no conocer respuestas ni salidas; y que pendula constantemente entre el pesimismo y el optimismo.
¿Será por eso que el libro se cierra con una incógnita abierta?
Fernando Ariel García
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