martes, 11 de febrero de 2025

CHARLIE HEBDO: LIBERTAD DE CARICATURIZACIÓN

Charlie Hebdo Nº 1694. Autores: Gérard Biar, Biche, Coco, Antonio Fischetti, Foolz, Yannick Haenel, Philippe Lançon, Luce Lapin, Fabrice Nicolino, Lorraine Redaud, Coline Renault, Riss, Salch, Inna Shevchenko, Yovan Simovic, Philippe Vuillemin y Zorro, entre otros. Director y portadista: Riss. Les éditions Rotative. Francia, 7 de enero de 2025.


Indestructible. Así se autopercibe el semanario Charlie Hebdo, diez años después del atentado terrorista que asesinó a doce personas (ocho pertenecientes al staff de la revista) e imprimió la frase “Yo soy Charlie” en el inconsciente colectivo del mundo entero. Tal vez porque en medio de esta avanzada internacional contra los valores democráticos, el medio periodístico redobla su apuesta humorística en defensa de la “Libertad de Caricaturización”, personal sinónimo para referirse a la Libertad de Expresión en todas sus formas. Incluida la sátira, razón de ser de este equivalente galo a nuestra entrañable Humor (en una asociación tan rápida como incompleta).


La radicalización sigue estando en el adn del equipo creativo. Se entiende (y se agradece) que no renuncien a su identidad, porque es la única forma de sobrevivir a la historia que les tocó protagonizar antes de animarse a representarla desde el dolor, el pensamiento crítico y la risa; y después de convertirse en símbolo de resiliencia para quienes enfrentan la censura, la represión, el avasallamiento de los derechos conquistados. Considerarlos guardianes de la Democracia puede sonar demasiado grandilocuente y pretencioso, porque esa (creo) es una responsabilidad indelegable de los pueblos. Pero me animo a definirlos como una bocanada de aire puro, una de las voces necesarias para agitar las banderas de la libertad de conciencia y elección, ante tanto oscurantista suelto por ahí.
Fernando Ariel García

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