jueves, 16 de mayo de 2024

EL DÍA MÁS LARGO DEL FUTURO: EL SUEÑO DEL MARKETING PRODUCE MONSTRUOS

El día más largo del futuro. Autor: Lucas Varela. Hotel de las Ideas. Argentina, febrero de 2016.


Con El día más largo del futuro me pasa lo mismo que me pasa con un número pequeño y limitado de obras, aquellas que con el tiempo resultaron ser mis obras maestras de cabecera. Cada tanto vuelvo a leerlas, verlas, oírlas; y cada vez que lo hago me encuentro con trabajos que reconozco como placenteras experiencias ya transitadas y, al mismo tiempo, como territorios salvajes nunca antes hollados. Más que un mérito mío, resultado del talento y sensibilidad de sus autores, en este caso en particular el genio narrativo de Lucas Varela.


Desde que la leí por vez primera, serializada en el segundo volumen de Fierro (de abril a noviembre de 2015, ¿ya pasó tanto?), El día.. se me hizo una especie de vieja película muda, un slapstick distópico donde el humor negro y la comedia física aparecían aplicados a la exposición minuciosa del daño que la cultura capitalista le ha causado al tejido social. Como Tiempos modernos, pero con Buster Keaton en lugar de Chaplin. Trabajo esclavo, consumismo, alienación, burocratización de la existencia, pérdida de la condición humana, transformación de la ciudadanía en nicho de mercado. Todo ello, gloriosamente santificado en el altar tecnocrático de un Gran Hermano más cruel y corporativo que el de la tele.


Semejante instancia de explotación permanente y continua, sólo se sostiene y promueve desde la impuesta lógica de la polarización. No importa si la grieta es deportiva, empresaria, ideológica o política, si se conocen o desconocen las razones que sustentan y profundizan la naturalización del enfrentamiento, traducido en actos violentos hacia el otro. Entre humanos y robots, entre empresas rojas y empresas azules, entre estados totalitarios, represivos y cosificadores.


Fiel al estilo narrativo de Varela, El día… es mucho más que un notable ejercicio de estilo. Entre la invasión alienígena y la guerra comercial, yendo de la ciencia-ficción al espionaje industrial, la historieta expone el proceso de colonización de las marcas sobre las personas, del logotipo sobre las señas identitarias. El futuro que estamos habitando desde hace rato, ocupados en acciones estériles con resultados intrascendentes, mientras nos aislamos cada vez más de lo realmente importante. El falso bienestar esgrimido por el orden que vino a terminar con el estado de bienestar. La reproducción del status quo por aquellos que aborrecen del status quo. La pauperización social tras el prometido paraíso económico. Perdidas las esperanzas, parece que Goya tenía razón. Hoy como ayer, el sueño del marketing produce monstruos.
Fernando Ariel García

No hay comentarios:

Publicar un comentario